Cómo vivir una vida que vale la pena a través de la acción en vez de la contemplación.
El arquetipo del guerrero
Por favor, no dejes que la palabra guerrero te produzca rechazo. Aunque sugiere guerra y agresión, el guerrero es un arquetipo que se encuentra en la mayoría de las culturas. En la psicología de Carl Jung, los arquetipos son personajes míticos del subconsciente colectivo. Otros arquetipos son el Mago, la Bruja, el Embaucador, la Madre, la Diosa, el Viejo Sabio, el Demonio y la Muerte.
El arquetipo del guerrero aparece con frecuencia en la cultura popular. Por ejemplo, los Jedi de Star Wars son guerreros. También lo encontramos en la serie de televisión de los años 70 Kung Fu, donde Kwai Chang Caine, un monje budista formado en el Monasterio Shaolin, deambula por el Oeste utilizando sus artes marciales para afrontar retos. También hay mujeres guerreras, como la princesa Leia de Star Wars, Yu Shu Lien de Crouching Tiger, Hidden Dragon, Wonder Woman y Ripley en la serie de películas Alien.
El Camino del Guerrero está relacionado con el Bushido: el código moral de los samuráis de Japón. También recuerda a los caballeros medievales. Ser un guerrero no es lo mismo que ser un soldado. Un soldado sigue órdenes y forma parte de un ejército. Un guerrero sigue su propio camino de acuerdo con sus propias metas y su propio código moral.
Un guerrero no busca la guerra sino la paz. Combate el mal porque causa sufrimiento. Los monjes del Monasterio Shaolin eran guerreros espirituales que inventaron las artes marciales para defenderse de los merodeadores que intentaban robarles. Sin embargo, como monjes budistas, su práctica principal era la iluminación y la compasión.
Carlos Castaneda
La primera vez que oí hablar de la Senda del Guerrero fue al leer los libros de Carlos Castaneda cuando estaba en la universidad. Castaneda era un estudiante de antropología en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) que decidió hacer una tesis doctoral sobre los brujos en México. Encontró a un chamán yaqui, don Juan Matus, quien lo inició en el uso del peyote, los hongos Psilocybe y la Datura para acceder a una realidad alternativa poblada por poderosas entidades que podrían guiarlo. Pero para utilizar correctamente el conocimiento adquirido mediante el uso de estas drogas, un hechicero debe seguir un estilo de vida disciplinado: la Senda del Guerrero.
Esa filosofía de vida estaba imbuida de una sabiduría que me atrajo mucho más que la ida de tomar psicodélicos.
Carlos Castaneda convirtió su tesis doctoral en UCLA en un libro que fue un éxito de ventas en todo el mundo: Las enseñanzas de Don Juan. Lo leí varias veces, y luego toda la serie de libros que escribió después de eso. Eventualmente, llegué a la conclusión de que se había inventado buena parte de lo que decía sobre las tradiciones ocultas de los magos mexicanos. Los libros eran entretenidos, pero nada más.
Aún así, es innegable que Castaneda fue un magistral creador de mitología y filosofía de vida. Es posible que se inspirara en el Bushido, el Zen, el Estoicismo y otras tradiciones ancestrales para crear su propia versión de la Senda del Guerrero. Si es así, realizó una síntesis muy brillante. Castaneda también parece haber seguido la Senda del Guerrero en su propia vida.
Zen
Continué mi búsqueda espiritual estudiando otras fuentes de sabiduría. Aprendí yoga, estudié con los siloístas y finalmente me decidí por el Budismo Zen, que practiqué durante 10 años, primero con los discípulos de Taisen Deshimaru, luego con Eido Shimano Roshi y Maezumi Roshi.
Eventualmente, me desilusioné con el budismo debido a sus creencias en cosas sobrenaturales como la reencarnación y el Nirvana, y su negación de los placeres de la vida.
Necesitaba una filosofía de vida que fuera más realista, que enseñara cómo vivir mi vida equilibrando la búsqueda de la felicidad y el trabajo por el bien común. Una filosofía que acepte el hecho de que la muerte significa mi completa desaparición, y que me muestre cómo enfrentarme a eso.
Escalada
Lo que de nuevo atrajo mi atención a la Senda del Guerrero fue mi pasión por la escalada. Mis amigos escaladores me recomendaron el libro The Rock Warrior’s Way, de Arno Ilgner, que enseña la actitud mental adecuada para la escalada: la forma de superar el miedo, maximizar el rendimiento y disfrutar de la escalada. Mientras lo leía, me di cuenta de que trata de mucho más que escalar rocas. Enseña una forma de vida que es a la vez disciplinada y feliz. Y lo mejor de todo es que mi querido deporte de la escalada me proporciona una forma simple de entrenar mi mente para seguirlo.
Esa filosofía de vida es una síntesis de la Senda del Guerrero de los libros de Castaneda, mezclada con Estoicismo y Budismo Zen, como reconoce el propio Arlo Ilgner.
Todo esto realmente me resuena, ya que integra los mejores aspectos de muchas cosas que hae aprendido en la vida.
La Senda es el Tao
La palabra Senda tiene un significado profundo: según el Taoísmo, es el Tao, la energía que al fluir da forma al mundo. La Senda no tiene destino; existe en sí misma. El Tao fluye equilibrando el Yin y el Yang, lo masculino y lo femenino.
Desde el punto de vista personal, la Senda es un camino de descubrimiento y transformación interior. La lucha del guerrero es por mejorarse a sí mismo, aprendiendo y liberándose del Ego.
Desde el punto de vista colectivo, debemos darnos cuenta de que hemos heredado una maravillosa civilización creada por los guerreros del pasado: guerreros científicos, guerreros filósofos, guerreros artistas, guerreros líderes de movimientos sociales. Así que tenemos el deber de seguir mejorando el mundo para pasárselo a las generaciones futuras.
La Senda del Guerrero alcanza su cúspide cuando la senda personal del guerrero se armoniza con el Camino que fluye en el mundo.
¿'Mindfulness' o atención activa?
'Mindfulness' (mente plena) es una práctica que consiste en dirigir nuestra atención hacia nuestros sentidos de forma relajada, sin prejuicios, apagando nuestro diálogo interno. El mayor beneficio de esta práctica es el desarrollo de la meta-atención: ser consciente de hacia dónde se dirige nuestra atención. Cuando la meta-atención se convierte en un hábito, nos damos cuenta de cómo nuestras emociones conforman nuestra conciencia y así desarrollamos la capacidad de dirigir sutilmente nuestras emociones hacia un estado de control y calma mental.
La Senda del Guerrero utiliza los desafíos que nos plantean situaciones de riesgo para desarrollar una forma particular de atención plena basada en la acción en lugar de la contemplación. Esta disciplina surgió de las exigencias de guerreros como los samuráis, que solían enfrentarse en duelos mortales.
“[El guerrero] debe actuar con absoluta maestría y calma frente a tremendos peligros mortals. […] Si se aferra demasiado a su propia vida, o es gobernado por su Ego, buscará escapar; su atención vacilará; y será destruido. Paradójicamente, si adopta una postura de asumir el riesgo y aceptar las consecuencias, es mucho más probable que sobreviva.” Arno Ilgner, The Rock Warrior’s Way.
No hace falta que el peligro sea extremo. Solo necesita provocar suficiente miedo para desafiar los mecanismos de nuestra atención. Por eso la escalada y las artes marciales son formas perfectas de entrenarnos para convertirnos en guerreros. Estos deportes nos ponen en situaciones en las que el riesgo es real, pero menor de lo que parece. El tener que responder de forma adecuada frente al miedo expone mecanismos de defensa de nuestra mente que nos debilitan y conducen a malos hábitos emocionales.
Sin embargo, uno no necesita practicar artes marciales o deportes de riesgo para ser un guerrero. Podemos encontrar nuestra propia Senda del Guerrero en la escritura, la investigación científica, el arte, el activismo político y otras actividades valiosas.
“El camino del guerrero es seguir tanto la senda de la espada como la del pincel (pluma).” Miyamoto Musashi, The Book of Five Rings.
Somos nuestro peor enemigo. Nuestro Ego, que es la imagen que tenemos de nosotros mismos, controla gran parte de nuestro comportamiento, lo que nos lleva a centrarnos en nuestros logros en lugar de en la tarea que tenemos entre manos. Solo abandonando al Ego podemos entrar en el estado de fluidez mental que necesitamos para ejecutar una acción de forma magistral.
Pero lo que realmente importa no es lo que hacemos, sino el estado mental nos que lleva a ello.
Mientras que mindfulness es un estado pasivo basado en dejar que las percepciones fluyan sin obstáculos hacia nuestra consciencia, la atención en la Senda del Guerrero se dirige hacia la acción.
“En el lenguaje de los guerreros, la forma activa de consciencia se llama atención. La atención es consciencia realzada y enfocada, el dirigir intencionalmente la consciencia.” Arno Ilgner, The Rock Warrior’s Way.
Lo que hacemos, cómo nos sentimos, viene determinado por las partes inconscientes de nuestra mente. La Senda del Guerrero no lucha contra el inconsciente. Al contrario, busca fusionar el consciente y el inconsciente a través de acciones impecables.
Impecabilidad
La impecabilidad consiste en usar la atención para hacer las cosas impecablemente.
No actuamos impecablemente para alimentar nuestro Ego, sino para comprobar que hemos alcanzado un buen estado mental en el que no estamos controlados por nuestras emociones o nuestro Ego.
Esto tiene un componente ético. El guerrero elige su propio código moral, pero luego tiene que seguirlo practicando la virtud de la integridad. Responde ante sí mismo, asumiendo toda la responsabilidad por las consecuencias de sus actos.
La clave está en la motivación. Necesitamos aprender a pasar de una motivación basada en el miedo, la vergüenza y el orgullo a una basada en el amor y la alegría.
“El valor que un guerrero debe cultivar no es sólo para superar sus miedos personales, sino el coraje para vivir la vida al máximo, lo que implica correr riesgos. Seguir la senda del guerrero es el más difícil de los caminos espirituales y requiere coraje para practicarlo, ya que también debes vivir la vida en tus propios términos. Esto significa que uno debe luchar contra la preocupación, el miedo, la tristeza, la ansiedad y la depresión cotidianos para vivir con vitalidad y vigor.” Stephan H. Verstappen in A Master’s Guide to The Way of the Warrior.
Un camino con corazón
La Senda del Guerrero es un camino feliz, un camino con corazón.
Necesitamos cambiar nuestra motivación principal del miedo, la vergüenza y el orgullo a una basada en la alegría y el amor. Este no es un proceso fácil. Consiste en usar nuestra intuición para pulir nuestro código moral, nuestro sistema de valores, para que le dé sentido a nuestra vida.
Ésta no es una tarea solitaria. Desarrollamos nuestro amor al dar a los demás, ayudándolos a crecer a medida que crecemos nosotros mismos.
“Ésta es una pregunta que sólo se hace un viejo. ¿Este camino tiene corazón? Todos los caminos son iguales: no conducen a ninguna parte. Son caminos que van a través del monte, o hacia el interior del monte. En mi propia vida puedo decir que he recorrido senderos muy largos, pero no llegué a ninguna parte. ¿Este camino tiene corazón? Si lo tiene, el camino es bueno; si no es así, no sirve para nada. Ambos caminos no conducen a ninguna parte; pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace que tu viaje sea feliz; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.” Carlos Castaneda, Las enseñanzas de don Juan.
Si encontramos cosas que nos traen alegría cuando las hacemos, valores que apreciamos, personas que amamos, seguimos un camino con corazón. Nuestro paso por la vida estará lleno de sentido.
"Para mí sólo hay recorrer caminos que tienen corazón, cualquier camino que tenga corazón. Por ahí yo viajo, y el único reto que vale la pena es recorrerlo hasta el final. Y por ellos viajo, mirando, mirando, sin aliento." Carlos Castaneda, Las enseñanzas de don Juan.
Poder personal
El poder personal es un concepto que se encuentra en los libros de Carlos Castaneda que puede malinterpretarse fácilmente. Normalmente asociamos el poder con la riqueza, la influencia política y el dominio sobre los demás. Por lo tanto, adquirir poder suena egoísta. Sin embargo, en la Senda del Guerrero, el poder personal significa autoconocimiento, autocontrol y la capacidad de generar una atención y un esfuerzo sostenidos. Significa controlarnos en la búsqueda del autoconocimiento, la actuación impecable y, en definitiva, encontrar el sentido de la vida.
“El poder se manifiesta como claridad de pensamiento y decisión en la acción. Es la totalidad de los recursos que aportas a una situación dada, con especial énfasis en el aspecto mental.” Arno Ilgner, The Rock Warrior’s Way.
Según Arno Ilgner, acumular poder personal incluye:
abandonar el Ego,
centrarnos en el proceso y no en la meta,
cultivar nuestro amor a la vida,
alentar nuestra curiosidad,
taponar las fugas de energía,
no malgastar energía en cosas sin importancia,
entrenar nuestra atención,
mantener saludable nuestro cuerpo.
El poder personal consiste en una mezcla de fortaleza emocional, estoicismo, resiliencia, sabiduría, buenos hábitos y conocimientos.
Paradójicamente, el poder consiste en dar, no en recibir. Eres poderoso cuando puedes dar toda tu energía y atención a lo que estás haciendo. Si, en cambio, te enfocas en la recompensa que recibirás si tienes éxito, o en las consecuencias de tu fracaso, caes en la trampa del Ego. Tu atención ya no está en lo que estás haciendo, con lo que caes en un estado mental que conduce a actos defectuosos. Te haces un lío. Maldices. Buscas excusas. Te aferras a la esperanza. Culpas a los demás. Te avergüenzas de ti mismo.
La muerte como consejera
Ser conscientes de nuestra mortalidad nos ayuda a centrarnos en lo que realmente importa en la vida.
La muerte nos suele aterrorizar y paralizar. Sin embargo, ser conscientes de la certeza de que vamos a morir nos hace tomar consciencia de que no hay tiempo que perder. Tenemos que centrarnos en lo que le da sentido a nuestra vida. Esto agudiza nuestra motivación.
¿Queremos vivir una vida llena de miedo, o una vida llena de amor y alegría?
Un camino con corazón no lleva a ninguna parte. A la muerte y al olvido. Su valor reside sólo en que tiene corazón.
Abandonar la importancia personal
En los libros de Carlos Castaneda, para sobrevivir a un encuentro con las poderosas entidades del mundo de los brujos, el aprendiz tiene que abandonar su importancia personal.
Así mismo, según Arno Ilgner, para escalar una vía difícil hay que abandonar el Ego y centrar por completo la atención en ejecutar cada movimiento de forma impecable.
“A veces te puedes sentir bastante inútil porque te han moldeado la recompensa y el castigo. Cuando hiciste algo que tus padres consideraban bueno, fuiste recompensado, y cuando hiciste algo que fue considerado malo, fuiste castigado. Tus padres asociaron tu valor a tu habilidad y comportamiento. Luego, a medida que crecías, las expectativas de tus padres crearon el Ego, que asumió la tarea de recompensarte y castigarte. Las expectativas de tus padres fueron complementadas o reemplazadas por las expectativas de tus compañeros, o las expectativas establecidas por un conjunto de creencias que adoptaste sin demasiada crítica. Independientemente de la procedencia de esas expectativas del Ego, el resultado es el mismo: somos esclavos de las influencias externas, en lugar de ser los amos de nuestro estado mental.” Arno Ilgner, The Rock Warrior’s Way.
Concibo al Ego como la parte de nuestra mente que surge durante la infancia al interiorizar las instrucciones de nuestros padres y maestros, todo ello promovido por el orgullo y la vergüenza.
El orgullo y la vergüenza son dos poderosas emociones que evolucionaron para facilitar el control social y promover la cooperación. Como explica Ilgner, su efecto combinado durante la infancia crea el Ego. Cuando nuestras acciones son impulsadas por el Ego, se convierten en una búsqueda de validación. Tratamos de ganarnos elogios y evitar la vergüenza. Eso nos hace dependientes de influencias externas y vulnerables a la presión social.
El Ego persigue la aprobación y teme la vergüenza. Busca conseguir cosas. Cuando es impulsado por el Ego, nuestro diálogo interno es sobre la recompensa que obtendremos si triunfamos, y lo terrible que podrá ser nuestro fracaso.
Sólo cuando abandonamos nuestra importancia personal podemos centrarnos por completo en ejecutar nuestra acción de manera impecable.
Abandonar al Ego conduce al estado de fluidez ('flow'): un estado de flexibilidad física e intelectual, juguetón y despreocupado, en el que parece que hacemos cosas sin esfuerzo.
Según Ilgner, un guerrero abandona el Ego y nutre el Yo Superior en su lugar:
“El Yo Superior no es competitivo, defensivo o intrigante, como el Ego. Ve a través de tales estratagemas insignificantes. El Yo Superior obtiene la autoestima no de compararse con los demás, sino de un punto de referencia interno basado en valorar el crecimiento y el aprendizaje.” Arno Ilgner, The Rock Warrior’s Way.
La humildad del guerrero no consiste en quedarse atrapado en sus debilidades o en falsas modestias, sino en una lucha constante por cultivar la motivación interna y el poder personal.
“La humildad de un guerrero no es la humildad del mendigo. El guerrero no baja la cabeza ante nadie, pero al mismo tiempo, no permite que nadie la baje ante él. El mendigo, en cambio, cae de rodillas a la menor provocación y le barre el suelo a cualquiera que él considere superior; pero al mismo tiempo, exige que alguien más bajo que él le barra el suelo.” Carlos Castaneda.
Borrar la historia personal
Según Castaneda, borrar nuestra historia personal es otra faceta del Camino del Guerrero. Esto se debe a que nuestro diálogo interna nos recuerda constantemente quiénes somos, especialmente nuestras debilidades. Puede decir 'no lo puedo hacer' o 'lo voy a conseguir', pero ambos mensajes tienen un trasfondo de duda.
En el estado de fluidez nos olvidamos de quiénes somos para centrarnos por completo en lo que estamos haciendo.
En una acción impecable no cabe dudar de uno mismo, porque en ella no existe uno mismo.
Conclusión
La Senda del Guerrero es una filosofía de vida más acorde con las exigencias de la cultura moderna que con tradiciones contemplativas como el Budismo o el Taoísmo. Centra nuestra atención en nuestras acciones, por lo que todo lo que hacemos en el trabajo, en el hogar y en nuestra vida social se convierte en un camino de autodescubrimiento y auto-transformación.
Las exigencias y el estrés de la vida, en lugar de agotar nuestra energía, se convierten en una fuente de poder interior.
Sin embargo, la Senda del Guerrero está vacía. De nosotros depende llenarla con las cosas que vamos aprendiendo. El guerrero elige sus propios valores y sus propios objetivos, que no son inmutables, sino que evolucionan a medida que aprende.
En última instancia, la Senda del Guerrero es una búsqueda del sentido de la vida.
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