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Los entramados de la consciencia

La consciencia no es algo místico o misterioso, sino el resultado natural del funcionamiento del cerebro.

Picture by Dan-Cristian Pădureț on Unsplash
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Preguntas

¿Cómo produce el cerebro la consciencia?

Definiría la consciencia como la propiedad de nuestra mente por la cual nos damos cuenta de nuestro entorno, de nuestras sensaciones corporales y de lo que estamos haciendo. La consciencia también nos dice que existimos como mentes que tienen pensamientos, recuerdos y emociones.


Según la visión científica del mundo, todo lo que sucede en nuestra mente es producto de la actividad de nuestro cerebro. Sin embargo, algunos filósofos como David Chalmers sostienen que hay algo misterioso e inefable en la consciencia que la ciencia nunca podrá explicar como actividad cerebral. ¿Puede ser esto un vestigio de la creencia en el alma y otras ideas religiosas? ¿O acaso hay algo especial en la consciencia que está más allá del alcance de la ciencia?


¿Son conscientes los animales? Y si es así, ¿hay diferencias entre la consciencia animal y la consciencia humana?

Cuando vemos a un gato o a un perro, tenemos la sensación de que son conscientes del mundo de la misma manera que nosotros. Sin embargo, a la mayoría de la gente le resultaría difícil creer que animales simples como almejas, corales, percebes, caracoles o moscas son conscientes. Si se opta por creer que estos animales son conscientes, entonces será difícil argüir que las plantas no son conscientes. Y si se elige creer que las plantas también son conscientes, entonces se está de camino al panpsiquismo: creer que todo es consciente. Los que crean en el panpsiquismo se enfrentan a un difícil problema: explicar la diferencia entre nuestra consciencia y la consciencia de una roca. Por otro lado, si algunos animales son conscientes y otros no, entonces algo debe haber sucedido durante la evolución para dar lugar a la consciencia. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta:


¿Cómo aparece la consciencia durante la evolución?

Hay quien dice que la consciencia no tiene valor adaptativo, que es superflua para la selección natural. La misma gente piensa que la consciencia es un epifenómeno, algo secundario que ocurre junto a los procesos mentales. Según ese punto de vista, la aparición de seres conscientes como nosotros en la evolución es solo una casualidad de. ¿Es eso cierto?


Consciencia sensorial

Una cosa que la mente debe hacer es integrar diferentes modalidades sensoriales en un modelo unificado del mundo. Si vemos a una chica tocando la guitarra, sabemos intuitivamente que el sonido que escuchamos proviene de la guitarra que vemos, y que el movimiento de los dedos de la chica produce el sonido. La vista y el oído son sentidos espaciales, pues asignan un lugar particular a una percepción particular. La mente coloca lo que vemos y lo que escuchamos en un mismo espacio de percepción común. El tacto también es espacial y también se integra con la visión y el sonido en ese espacio de percepción.


La interocepción son sensaciones que recibimos desde el interior del cuerpo que nos dicen cuál es la posición de nuestras extremidades, el nivel de contracción y relajación de nuestros músculos, el estado de nuestras vísceras, si algo nos duele, etc. Se compone de varios sentidos como equilibrio, sensaciones viscerales, frío, calor, dolor y picor. Como sabemos en qué lugar de nuestro cuerpo sentimos una determinada sensación, la interocepción también es especial. Y dado que debemos mover el cuerpo en el mundo que percibimos a través de nuestros sentidos externos, la interocepción debe integrarse en el mismo modelo del mundo que los sentidos externos.


Todas nuestras percepciones, excepto el olfato, convergen en el tálamo, una región en el centro del cerebro. El tálamo envía nervios a las áreas sensoriales primarias de la corteza, como la corteza visual en la parte posterior del cerebro o la corteza somatosensorial justo detrás del sulco central. Estas áreas sensoriales primarias envían la información a otras áreas del cerebro, donde se integran progresivamente y se colocan en el espacio de percepción.


Es importante destacar que el cerebro también atribuye cierta importancia, o "valencia", a una percepción al asignarle una emoción. De esa forma, las percepciones son clasificadas como aterradoras, irritantes, sexualmente excitantes, interesantes, etc. Las sensaciones que carecen de valencia emocional se eliminan de la consciencia, mientras que aquellas con alto contenido emocional ocupan un lugar central en la mente. Esto es lógico, porque es fundamental para la supervivencia que las percepciones se coloquen en una jerarquía de acuerdo con el peligro que representan y su relevancia para la tarea que estamos llevando a cabo.


Crear ese modelo del mundo que unifica todas nuestras percepciones es la base de nuestra consciencia, una primera capa. Compartimos esta capacidad con animales con un sistema nervioso suficientemente complejo. Construir un modelo unificado del mundo proporciona una ventaja evolutiva. De lo contrario, el animal no podría entender el mundo y actuar dentro de él. Esto nos lleva a al siguiente parte de la consciencia.


Consciencia motora

Como expliqué en otro artículo (en inglés), agencia es una propiedad de los seres vivos mediante la cual son capaces de generar causas internas.


En términos sencillos, los seres vivos hacen cosas. Las plantas crecen. Los animales realizan acciones moviéndose porque, a diferencia de las plantas, tienen músculos. Además, los animales complejos tienen un sistema nervioso que les permite recopilar información del mundo y planificar sus movimientos.


Los animales no solo perciben el mundo, se mueven y hacen cosas. Buscan bebida, comida y compañeros. Escapan de los depredadores. Cuidan de su prole. Todo esto lo hacen planificando movimientos utilizando el mismo modelo del mundo creado por los aspectos perceptivos de la consciencia.


El sulco central es una hendidura profunda en el cerebro que, junto con la fisura lateral, divide la corteza en una parte frontal y una parte posterior. A grandes rasgos, la parte posterior de la corteza se encarga de procesar la información sensorial y la parte anterior se encarga de planificar la acción. En los humanos, el córtex cingulado anterior y la corteza prefrontal se encargan de la motivación y la toma de decisiones. A partir de ahí, el movimiento lo planifica la corteza motora, situada justo delante del surco central, y se afina en el cerebelo. Después, las órdenes motoras se envían a los músculos por vías nerviosas que bajan por la médula espinal.


Sin embargo, existe otro tipo de función motora que tiene gran importancia en el ser humano: la de la mente buscando y manipulando sus propios contenidos. Puede estar buscando un recuerdo específico, imaginando algo o manipulando conceptos abstractos. Mientras que los animales se enfocan en el exterior, nosotros pasamos una parte considerable de nuestras vidas dentro de nuestras cabezas.


Cómo se crea el yo

El yo aparece cuando nuestro cuerpo se convierte en un objeto en el espacio de percepción. El cuerpo debe estar ahí, porque todo lo que percibimos proviene del cuerpo. Además, cuando planificamos o ejecutamos un movimiento, lo que se mueve es el cuerpo. El movimiento perdería su coordinación sin una cuidadosa retroalimentación entre el movimiento y la percepción. Debido a la importancia de esa coordinación, el cuerpo no es un objeto más en el espacio perceptivo: está en la interfaz entre la percepción de lo que está afuera (exterocepción: visión, oído, tacto, etc.) y lo que está adentro ( interocepción). Por tanto, la consciencia del cuerpo adquiere un papel central: se convierte en el yo [1,3]. Este es un yo primordial que los humanos comparten con otros animales con un sistema nervioso complejo. Es un “proto-yo”, como lo llama el neurocientífico Antonio Damasio.


Consciencia extendida

La Consciencia Extendida es un concepto desarrollado por Antonio Damasio en su libro The Feeling of What Happens [5], que propone una teoría jerárquica de la consciencia. Todo lo que he descrito hasta ahora Damasio lo llama “Consciencia Central”. Así es como Damasio describe la consciencia extendida:


“La consciencia extendida va más allá del aquí y ahora de la consciencia central, tanto hacia atrás como hacia adelante en el tiempo. El aquí y el ahora todavía está allí, pero está flanqueado por el pasado, tanto pasado como sea necesario para iluminar el ahora de manera eficaz y, lo que es más importante, está flanqueado por el futuro anticipado". Antonio Damasio, The Feeling of What Happens [5].


Así como la consciencia central da lugar al proto-yo, la consciencia extendida da lugar al "yo autobiográfico":


"El yo autobiográfico se basa en la constante reactivación y representación de determinados recuerdos autobiográficos". Antonio Damasio, The Feeling of What Happens [5].


La vergüenza, el orgullo, y la construcción del ego

Propongo que lo que llamamos el ego, o super-ego en el psicoanálisis de Sigmund Freud, surge cuando el yo autobiográfico se ve impregnado de dos importantes emociones humanas: la vergüenza y el orgullo. Estas emociones evolucionaron cuando la supervivencia humana empezó a depender de nuestra capacidad para cooperar. La vergüenza y le orgullo sirven para indicar cambios en nuestro estatus social. Si no cooperamos o si actuamos de manera egoísta, nos avergonzamos y nuestro estatus social disminuye. Si, por el contrario, hacemos algo beneficioso para el grupo, nos elogian y aumenta nuestro estatus social. La vergüenza y el orgullo cambian nuestra autoestima, que es fundamental para nuestro bienestar psicológico. A medida que en nuestra autobiografía se destacan episodios de vergüenza y orgullo, vamos construyendo una imagen de quiénes somos y qué esperamos de nuestro comportamiento. Esa imagen es el ego. Considero que el ego es parte del yo autobiográfico pero que no es idéntico a él, porque nos es posible construir imágenes de nosotros mismos libres de juicios sobre nosotros mismos y que, por lo tanto, son independientes de la vergüenza y el orgullo.


Teoría-de-mente dirigida hacia uno mismo

La teoría-de-mente (que no debe confundirse con una teoría de la mente) es una facultad única de los seres humanos [11] que nos permite modelar la mente de otras personas. Nos referimos a ella cuando decimos “sé lo que estás pensando”. No solo modela lo que otras personas saben, sino también sus emociones.


La teoría-de-mente está lejos de ser infalible y, de hecho, genera algunos problemas. Funciona razonablemente bien cuando se aplica a personas con mentes similares a la nuestra, peor cuando se aplica a personas de diferentes culturas y bastante mal cuando lo aplicamos a animales para suponer que piensan y sienten como nosotros (antropomorfismo). También es la causa de muchas supersticiones que nos llevan a creer que objetos inanimados y fenómenos naturales tienen mentes (es decir, son dioses o demonios) y pueden ser tratados como seres humanos.


Según el neurocientífico Bud Craig (experto en dolor e interocepción), los cambios radicales que sufre la consciencia desde la animal a la humana se deben al desarrollo durante la evolución de los primates de una parte especializada de la corteza llamada la ínsula anterior [2,4,7 ]. La ínsula anterior derecha tiene la función de crear percepciones hipotéticas del estado interno del cuerpo (propiocepción). Así, si me imagino cómo me sentiría si tengo un dolor de cabeza, es mi ínsula anterior derecha la desarrolla esta función. Debido a su capacidad para imaginar sentimientos, la ínsula anterior derecha puede jugar un papel esencial en la teoría-de-mente.


Craig también propone que las vías nerviosas entre la ínsula anterior y el córtex cingulado anterior, un área del cerebro que media en la planificación de decisiones y acciones [9], juegan un papel clave en la consciencia. De hecho, la capacidad de la ínsula anterior para imaginar sentimientos puede servir para proporcionar profundidad emocional a nuestros recuerdos y a lo que imaginamos que nos pueda suceder en el futuro. La ínsula anterior también media la empatía, porque nos permite imaginar lo que los demás están sintiendo [8].


Como dije en mi definición de consciencia, un aspecto importante de la consciencia es que nos permite saber que existimos como mentes capaces de tener pensamientos, recuerdos y emociones. Esta consciencia de tener una mente puede ser el resultado de aplicar la teoría-de- mente a nuestra propia mente.


Los neurocientíficos Michael S. Gazzaniga (que estudió a pacientes con cerebro dividido) y Joseph E. LeDoux (una autoridad en emociones) proponen que existe un módulo en la mente humana que ellos llaman "el intérprete", cuya función es construir una narrativa continua de lo que está sucediendo nuestras mentes. El intérprete podría ser la teoría-de-mente dirigida hacia nosotros mismos. Desgraciadamente, parece que el intérprete se equivoca a menudo. Quizás su precisión pueda mejorarse entrenándonos a observar nuestra mente de forma más objetiva con técnicas como mindfulness.


Consciencia cultural

La construcción de nuestro yo autobiográfico, de nuestro ego y la interpretación continua de nuestra actividad mental son funciones cognitivas que dependen en gran medida de nuestras creencias y valores. Y estos vienen definidos por la cultura en la que vivimos. Por tanto, es cierto que nuestra cultura influye en nuestra consciencia. Sin embargo, también es cierto que cuanto más educados y atentos nos volvemos, más se liberará nuestra consciencia de ilusiones y emociones negativas. Lejos de ser determinada por nuestros genes o el entorno, la consciencia humana es altamente maleable y entrenable. Hay evidencia de que podemos influir en los mecanismos más básicos de nuestra consciencia tomando drogas o con prácticas como yoga, mindfulness o meditación. Con los conocimiento adecuados y suficiente esfuerzo, podemos ser capaces de cambiar nuestra mente.


Respuestas

¿Cómo produce el cerebro la consciencia?

Todo lo que hace el cerebro contribuye a la consciencia. Quizás el dividir nuestras mentes entre consciente e inconsciente sea artificial e ilusorio. Lo que hay en realidad son percepciones lo suficientemente importantes como para ser notadas y recordadas, y percepciones que se relegan porque si no saturarían nuestra mente [6]. La consciencia no es ni misteriosa, ni inefable, ni unitaria. No es algo que exista de forma independiente de los contenidos de la mente. Aunque experimentamos la vida como una serie de episodios mentales, como las imágenes de una película, estos episodios están formados por percepciones, emociones, ideas y conciencia del yo que provienen de distintas regiones cerebrales.


¿Son conscientes los animales? Y si es así, ¿hay diferencias entre la consciencia animal y la consciencia humana?

Animales con sistemas nerviosos complejos, como los mamíferos y las aves, tienen consciencia central. La mayoría de las otras especies animales (insectos, almejas, caracoles, gusanos, corales, medusas, erizos de mar, esponjas, etc.) son probablemente autómatas inconscientes, porque carecen de un sistema nervioso lo suficientemente complejo como para producir una representación de sus cuerpos en su entorno. Tienen solo una serie de comportamientos predeterminados en respuesta a estímulos específicos, como las computadoras que manejan los autos sin conductor. Otros animales (peces, lagartos, pulpos) se encuentran en algún punto intermedio. El límite entre lo que los animales son conscientes y los que no lo son es difuso y necesita aclararse.


Sin embargo, solo los humanos tienen consciencia extendida, ego, teoría-de-mente, intérprete y consciencia cultural. Por supuesto, dado que la evolución es un continuo, a medida que nos acercamos a los humanos vemos emerger gradualmente algunas de estas funciones. Se ha detectado una teoría-de-mente rudimentaria en chimpancés [10]. Sorprendentemente, una primordial consciencia extendida parece estar presente en animales que no están en el linaje evolutivo de los humanos, como delfines, elefantes, loros y cuervos. Esto sugiere que la consciencia extendida no es una casualidad evolutiva, sino una adaptación importante que surge una y otra vez en el juego de ruleta de la mutación y la selección natural.


¿Cómo aparece la consciencia durante la evolución?

La consciencia no es un epifenómeno sino el resultado lógico de la necesidad de integrar percepción y movimiento en un modelo común. La misma necesidad de integración de percepción y acción surge cuando diseñamos un robot o un automóvil autónomo. Además, la representación del cuerpo como un objeto clave que necesita ser protegido da lugar espontáneamente a la aparición del proto-yo.


La ventaja evolutiva de la cooperación sin trampas, y la necesidad de compartir y almacenar grandes cantidades de información, son suficientes para explicar el surgimiento de la consciencia extendida en los humanos. En cierto modo, es una consecuencia indirecta de otras propiedades adaptativas de la mente como son las emociones sociales, la memoria autobiográfica y la teoría-de-mente. Estas funciones están tan estrechamente vinculadas a la consciencia extendida que prácticamente la hacen inevitable.


La consciencia es un fenómeno natural. Es hora de que dejemos atrás ideas místicas de que la consciencia es una esencia misteriosa que existe separada de la materia. La consciencia, como la vida, se vuelve aún más hermosa e impresionante a medida que la entendemos en su asombrosa complejidad.


Copyright 2021 Hermes Solenzol.


Referencias

  1. Craig, A D. Human feelings: why are some more aware than others? Trends Cogn Sci 8: 239-241 (2004)

  2. Craig, A D. How do you feel--now? The anterior insula and human awareness. Nat Rev Neurosci 10: 59-70 (2009)

  3. Craig, A D. The sentient self. Brain Struct Funct 214: 563-577 (2010)

  4. Craig, A D. Significance of the insula for the evolution of human awareness of feelings from the body. Ann N Y Acad Sci 1225: 72-82 (2011)

  5. Damasio, A R, The Feeling of What Happens: Body and Emotion in the Making of Consciousness. 1999, San Diego, New York, London: Harcourt, Inc.

  6. Dennett, D C, Consciousness Explained. First ed. 1991, Boston, Toronto, London: Little, Brown and Co.

  7. Gogolla, N. The insular cortex. Curr Biol 27: R580-R586 (2017)

  8. Gu, X, X Liu, K G Guise, T P Naidich, P R Hof, J Fan. Functional Dissociation of the Frontoinsular and Anterior Cingulate Cortices in Empathy for Pain. J Neurosci 30: 3739-3744 (2010)

  9. Isomura, Y, Y Ito, T Akazawa, A Nambu, M Takada. Neural Coding of "Attention for Action" and "Response Selection" in Primate Anterior Cingulate Cortex. J Neurosci 23: 8002-8012 (2003)

  10. Krupenye, C, F Kano, S Hirata, J Call, M Tomasello. Great apes anticipate that other individuals will act according to false beliefs. Science 354: 110-114 (2016)

  11. Penn, D C, D J Povinelli. On the lack of evidence that non-human animals possess anything remotely resembling a 'theory of mind'. Philosophical transactions of the Royal Society of London Series B, Biological sciences 362: 731-744 (2007)

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