
Search Results
Se encontraron 82 resultados sin ingresar un término de búsqueda
- Cómo llegar al espacio de sumisión ("Sub Space")
En el BDSM, el espacio de sumisión es un estado alterado de consciencia que se consigue a través del dolor y la sumisión El espacio de sumisión no es un solo estado mental, sino varios. Las personas varían mucho en su capacidad para entrar en el espacio de sumisión y en el tipo de espacio de sumisión que consiguen. Aunque he escrito bastante sobre los mecanismos neurofisiológicos que producen el espacio de sumisión, todo esto sigue siendo muy especulativo. Por lo tanto, aunque puedo daros algunos consejos sobre cómo entrar en el espacio de sumisión, en última instancia esto depende de cada uno. Debo enfatizar que el factor más importante para determinar el éxito de una sesión es la capacidad del dominante para comunicarse y leer las respuestas del sumisa, y para modificar lo que hace de acuerdo con ello. El intentar aplicar una simple receta no producirá buenos resultados e incluso puede conducir al desastre. De todos modos, vamos a intentarlo. Preparar la sesión Mucho de lo que sucede en una sesión depende del estado de ánimo antes de la sesión, por lo que es bueno comenzar a prepararla con varios días de antelación. Esto puede hacerse como parte de negociar la sesión. Puede consistir en amenazas más o menos explícitas, preguntas exploratorias, recopilación de fantasías y algunos ejercicios de preparación. Abstenerse de la masturbación y la actividad sexual un día antes de una sesión puede ayudar a aumentar la tensión sexual. Cómo empezar Los cuidados previos pueden ser una buena manera de prevenir los bajones después de una sesión. Son parecidos a los cuidados posteriores, sólo que tienen lugar justo antes de una sesión. El dominante debe recordarle a la sumisa la palabra de seguridad, asegurarle que se respetará y decirle palabras de aliento para empezar a crear empatía. Los participantes deben comenzar centrándose completamente el uno en el otro, excluyendo las distracciones. Vendar los ojos a la sumisa puede hacer maravillas para que se concentre en sus sensaciones. El dominante debe hablar con una voz clara, lenta, sensual, segura y profunda para lograr un cierto efecto hipnótico. Luego viene desnudar a la sumisa, lo que la hará consciente de cada parte del cuerpo que queda expuesta y lo vulnerable que eso la vuelve. Se puede agregar un poco de bondage y dejar que la sumisa considere su situación en silencio durante unos minutos. Usando el dolor Aunque no es estrictamente necesario, el dolor es el camino más seguro y más corto hacia el espacio de sumisión. El dolor debe ser sensual y nunca superar la capacidad de la sumisa para procesarlo. Dolor sensual es el que se aplica a zonas erógenas (las nalgas con azotes, los pezones con pinzas, etc.) y estimula la piel, produciendo una sensación de calor. Combinar el dolor con las caricias suele funcionar. Un mecanismo básico en nuestra médula espinal llamado la "puerta del dolor" hace que el tacto elimine el dolor. Por ejemplo, si se da un varazo en el culo y luego se acaricia la piel lesionada, se sentirá como si la mano borrara el dolor. Tanto el dolor como las caricias ayudarán a dirigir la atención de la sumisa a las sensaciones y la conducirán al espacio de sumisión. Si no quieres usar el dolor, caricias continuas por todo el cuerpo desnudo también pueden producir un estado alterado de consciencia. No hace falta que la estimulación sea sexual; eso lo podemos guardar para más adelante. Sin embargo, estimular los pezones libera oxitocina, una hormona que produce vinculación, por lo que ayudará a que la sumisa se identifique con el dominante y fomentará el espacio de sumisión de basado en la serotonina y la dopamina. El subidón de adrenalina Una vez que se ha calentado a la sumisa, se puede aplicar un dolor más intenso, lo que debe hacerse de forma continua. Para llevarla a un espacio de sumisión de adrenalina, se puede animar a la sumisa a que se debata, grite y se queje. Esto fomenta la reacción de lucha/huida, la liberación de adrenalina y los consiguientes aumentos en el ritmo cardíaco y la respiración. Si se usa el impacto, la cadencia de los golpes debe ser regular, continua e implacable, para transmitir el mensaje de que el dominante no va a ceder, que esto puede durar para siempre. Se pude incluso decir esto en voz alta, intentando de provocar miedo con amenazas. Sin embargo, llegará el momento en que la sumisa abandona la lucha. Dejará de retorcerse y gritar, y colgar fláccida de sus ataduras. Puede incluso haber lágrimas y sollozos (¡comprueba si está bien!). Todo esto nos indica que está lista para la siguiente fase. El subidón de endorfinas Con el tipo adecuado de estímulos, el cuerpo tiende a pasar naturalmente del subidón de adrenalina al subidón de endorfinas. Para que eso suceda, la estimulación con dolor debe continuar pero ralentizarse un poco. Algo que suele funcionar es alternar las caricias con golpes fuertes. El dominante debe usar una voz sensual para susurrar palabras de aliento en los oídos de la sumisa. Para ayudarla a incrementar su sumisión, dile lo feliz que te hace que esté soportando todo ese dolor por ti. Quítale el miedo, no conviene en esta fase. Dile que no le va a pasar nada, y luego pégale fuerte. En el subidón de endorfinas, la sumisa va a tener problemas para hablar; si lo hace, será con dificultad y con voz de sueño. Su ritmo cardíaco será bajo no querrá moverse. Ella no sabe lo que quiere, pero si dejas de pegarle te sorprenderá ver que no quiere que pares. Quiere que la sesión dure para siempre. La fase de sumisión Otro tipo de espacio de sumisión es un estado mental de auténtica sumisión y rendición, probablemente mediado por la serotonina y la dopamina. Como dije antes, estimular los pezones puede fomentar esto al liberar oxitocina. Después de pasar por el pico de adrenalina y el subidón de endorfinas, la sumisa deberá estar tranquila y lista para seguir órdenes. Pedir a los sumisos algún servicio (dar un masaje, chupar la polla, comer el coño, etc.) puede ayudar a sacarlos del estado pasivo del subidón de endorfinas para disfrutar de su sumisión con una mente más clara. La fase de sexo Claro que no todas las sesiones necesitan incorporar sexo. Pero, cuando lo hacen, es mejor que tenga lugar al final, ya que tener orgasmos al principio pueden interferir con los otros estados mentales. De todas formas, hay algunas mujeres que se corren con suma facilidad. En ese caso, se pueden usar sus orgasmos para consolidar su espacio de sumisión. En una relación de dominación-sumisión, y no de sadomasoquismo, el sexo debe transmitir a la sumisa la idea de que están siendo utilizada para el placer del dominante. En ese caso, deberá tener orgasmos sólo con permiso o cuando se le ordene tenerlos. Cuidados posteriores Para evitar los bajones de sumisión, toda sesión de BDSM deberá terminar con cuidados posteriores. En primer lugar, se deben eliminar las ataduras y la estimulación. En segundo lugar, es frecuente que la sumisa necesite ser abrigada, especialmente si ha habido un fuerte subidón de adrenalina. El sistema nervioso simpático se activa durante ese pico de adrenalina, lo que hace que al final de la sesión se active el sistema parasimpático. Esto tiene como efecto el cambiar el flujo sanguíneo de la periferia al interior del cuerpo, ralentizando el metabolismo y el ritmo cardíaco, todo lo cual produce frío. Es necesario establecer una conexión emocional, apacible y no demasiado intrusiva. Éste no es el momento de analizar la sesión, sino de ayudar a la sumisa a aterrizar de una experiencia extrema física y mentalmente. Bueno, aquí lo tienes. Ésta es mi opinión sobre cómo llegar al espacio de sumisión. Combina sus diferentes fases como quieras y diviértete.
- Poliamor, feminismo y el Mito del Salvaje Noble
Un examen critico de la idea de que en la prehistoria los seres humanos éramos igualitarios and poliamorosos. Hace mucho, mucho tiempo, vivíamos en tribus en las que había igualdad entre hombres y mujeres, que colaboraban en la recogida y preparación de alimentos y tomaban decisiones en común. Las tribus vivían en paz unas con otras. Todo el mundo podía tener sexo con cualquier otra persona de la tribu. Los hijos se cuidaban en común y a nadie le importaba quién era el padre. ¿Pero era realmente así? O más bien… Hace mucho, mucho tiempo, vivíamos en tribus de cazadores-recolectores en las que los hombres cazaban y las mujeres recolectaban. Como los hombres tenían armas para cazar y era más fuertes, sometían a las mujeres. De hecho, las mujeres eran consideradas propiedad y se las intercambiaban entre las tribus. El secuestro de mujeres y guerras para conseguirlas eran frecuentes. Se mantenía un cuidadoso inventario de quién era hijo de qué padre, y eso era un factor importante en el estatus social y la formación de alianzas. A la primera idea se la ha llamado el Mito del Salvaje Noble en libros como The Blank Slate (La pizarra en blanco) y The Better Angels of Our Nature (Los mejores ángeles de nuestra naturaleza) del psicólogo Steven Pinker, y se remonta a los escritos del filósofo francés Jean-Jacques Rousseau. El primer párrafo está inspirado en el libro Sex At Dawn (Al principio era el sexo) de Christopher Ryan and Cacilda Jethá. La idea reflejada en el segundo párrafo se llama la visión Hobbesiana, tomando el nombre del filósofo inglés Thomas Hobbes, quien escribió que “la vida en el estado natural era solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”. Versiones más matizadas de la visión Hobbesiana se pueden encontrar en los libros de Steven Pinker citados anteriormente y también en Sapiens, del historiador israelí Yuval Noah Harari. La tesis central de Better Angels, de Pinker, es que vivimos en el periodo más pacífico de la historia de la humanidad, la culminación de un descenso gradual de la violencia desde la prehistoria hasta nuestros días. El segundo párrafo también está inspirado en las descripciones de las tribus de los Yanomamö, que viven es las regiones fronterizas entre Venezuela y Brasil, por el antropólogo Napoleon Chagnon en su libro Mi vida entre dos tribus peligrosas: los Yanomamö y los antropólogos. El debate sobre si nuestros antepasados fueron salvajes nobles o violentos ha tenido lugar durante más de un siglo. Su importancia radica en que aborda cuestiones muy profundas sobre la naturaleza humana. Nuestra especie, el Homo sapiens, existe desde hace 250.000 años. Durante la mayor parte de ese tiempo fuimos cazadores-recolectores y vivimos en tribus. Solo durante los últimos 10.000 años (el 4% de nuestra existencia) hemos practicado la agricultura, domesticado animales y vivido en ciudades. Por lo tanto, nuestros genes fueron moldeados por la evolución durante nuestra época como cazadores-recolectores y no durante nuestra relativamente breve existencia como gente civilizada. Las respuestas a cuestiones como si los hombres tienen una tendencia natural a dominar a las mujeres, si somos naturalmente monógamos o si los celos son inevitables, deben tener esto en cuenta. Implicaciones políticas El que la naturaleza humana sea rousseauniana o hobbesiana tiene profundas implicaciones políticas. Los socialistas prefieren enfatizar que los seres humanos tenemos una inclinación natural hacia la cooperación, porque entonces la solidaridad entre los trabajadores, la asociación en sindicatos y la creación de un estado que refuerce la igualdad seguirían una tendencia humana natural. Por el contrario, los capitalistas prefieren la visión hobbesiana de la naturaleza humana. porque así la búsqueda egoísta de nuestro propio interés y la competencia por los recursos naturales que forman la base de la dinámica del mercado sería solo una extensión de nuestras inclinaciones naturales. La creación de dinero, las transacciones comerciales y las leyes de la economía son formas de racionalizar lo que de otro modo sería una competencia violenta por los recursos (véase Sapiens de Harari). Pero también es necesario señalar una cuestión política relacionada con esto: la terrible historia de violencia, robo y explotación perpetrada por los colonizadores europeos contra los pueblos indígenas de todo el mundo. Lo que demuestra que ser “civilizado” (es decir, habitante de estados industrializados) no implica ningún tipo de superioridad moral sobre ser un “salvaje” (es decir, miembro de tribus de cazadores-recolectores). Sin embargo, por importante que sea, éste no es el tema de este artículo. ¿Somos naturalmente violentos o cooperativos? ¿Quién tiene razón, Rousseau o Hobbes? Irónicamente, trabajos de investigación realizados por economistas revelaron que los seres humanos tomamos decisiones sobre el dinero no basándonos en el cálculo racional, como asume el capitalismo, sino en decisiones emocionales sobre lo que es justo. Muchos de estos experimentos utilizaron una técnica llamada juego del ultimátum. Con ella se demostró la existencia del castigo altruista, que consiste en que alguien está dispuesto castigar a una persona que actúa injustamente aún a costa de perder dinero o de invertir energía, incluso si la injusticia no afecta directamente al castigador. El castigo altruista existe en todas las comunidades humanas y está mediado por hormonas como la oxitocina y la testosterona (la tendencia al castigo altruista es más fuerte en los hombres). Esto demuestra que el castigo altruista es un fenómeno biológico y no cultural. Por lo tanto, la naturaleza humana está orientada hacia la justicia y la cooperación, lo que apoya la idea del Salvaje Noble. Por otro lado, es verdad que los seres humanos somos muy violentos y que los que viven en sociedades tribales son más violentos que los que viven en sociedades civilizadas. Por ejemplo, Chagnon relata cómo los Yanomami viven en un constante estado de guerras entre tribus. El asesinato de hombres y el secuestro de mujeres (lo que conlleva su violación) son muy comunes. También hay violencia dentro de la tribu, a menudo debido a disputas entre hombres por la posesión de una mujer. Las mujeres son golpeadas, incluso asesinadas, por maridos celosos que sospechan que son infieles. Los hombres más poderosos pueden tener varias esposas (poligamia). Los hombres que tienen menos poder pueden compartir una mujer (poliandria) como única forma de acceder al sexo. El biólogo Jared Diamond describe dinámicas similares en las tribus de Nueva Guinea en su libro ¿Por qué es divertido el sexo? Sin embargo, hay una salvedad: tanto los Yanomami como las tribus de Nueva Guinea estudiadas por Diamond no son cazadores-recolectores puros, sino horticultores: cazan pero también consumen frutas y verduras que cultivan en huertos cercanos a sus aldeas. Por tanto, representan un paso intermedio entre los cazadores-recolectores y la agricultura. Esta figura recoge datos sobre la violencia en sociedades no-estatales (barras grises) y estatales (barras azules). Las medidas en las barras son números de muertos por 100,000 habitantes en un año. Junto a cada barra se puede leer el nombre de la tribu, su localización geográfica y el año en el que se tomó la medida. Una figura parecida, junto con las referencias que la respaldan, aparece en el libro Los mejores ángeles de nuestra naturaleza de Steven Pinker. Como se puede ver, el número de muertes violentas en sociedades no-estatales es muy superior incluso al número de muertes en Alemania y Rusia durante el siglo 20, aun cuando estos países sufrieron las dos guerras mundiales y la revolución rusa. El nacimiento del Patriarcado Una idea común dentro del feminismo es que el Patriarcado comenzó con la Revolución Agrícola de hace 10.000 años, porque la necesidad de defender los campos de cultivo, los animales domésticos y las reservas de alimentos llevó al desarrollo de las armas y la creación de ejércitos. Como consecuencia, las mujeres comenzaron a ser consideradas como una posesión más, como la tierra y los animales. Como ahora había tierras y animales que transmitir en herencia, se volvió importante determinar si los posibles herederos eran realmente engendrados por el dueño de esas posesiones. Sin embargo, Chagnon documenta de forma metódica cómo los Yanomami llevan una cuenta exacta de las líneas patriarcales. ¿Quizás porque ya han sido infectados por el virus cultural del Patriarcado? ¿Sería posible que durante los últimos 10.000 años los memes de la monogamia y la posesión de mujeres han alcanzado a todos los cazadores-recolectores que quedan, pero que en la antigüedad todo era diferente? Es difícil saber cómo vivían los seres humanos hace decenas de miles de años, ya que los restos culturales de las sociedades tribales desaparecen rápidamente. Sin embargo, muchos de los huesos humanos de antes de la Revolución Agrícola muestran a menudo signos de violencia, incluso de canibalismo. Según Steven Pinker, esto significa que los humanos primitivos guerreaban con frecuencia y eran más violentos que nosotros. ¿Existía el poliamor en la prehistoria? El poliamor es un fenómeno cultural reciente, por lo que los antropólogos y sexólogos nunca han considerado la cuestión de si los seres humanos somos naturalmente poliamorosos. De hecho, la mayoría de los antropólogos son reacios a considerar el poliamor como una alternativa razonable. Para ellos las únicas opciones son la monogamia (un hombre casado con una mujer) y la poligamia (un hombre casado con varias mujeres), que es lo que encontramos en las culturas modernas. Según Wikipedia, “de las 1.231 sociedades enumeradas en el Atlas Etnográfico de 1980, 186 resultaron ser monógamas; 453 tenían poligamia ocasional; 588 tenían poligamia más frecuente; y 4 tenían poliandria, […] estudios más recientes han encontrado más de 50 sociedades que practican la poliandria”. Sin embargo, el poliamor se diferencia tanto de la poligamia como de la poliandria, porque permite cualquier combinación de géneros, incluidas las relaciones entre personas del mismo sexo. En Al principio era el sexo, Ryan y Jethá proponen que el poliamor no es solo un fenómeno moderno, sino que era lo normal antes de la Revolución Agrícola. Según su visión, en las tribus primitivas el sexo se compartía con tanta frecuencia como la comida, incluso entre personas del mismo género. La paternidad de los hijos no era un problema porque no había propiedades que heredar y toda la tribu criaba a los hijos en común. Como los hombres no poseían mujeres, los celos, las peleas por las mujeres y el abuso de las mujeres eran innecesarios. Esta opinión coincide con el mito del Salvaje Noble. Sin embargo, no es necesario que la violencia y la promiscuidad sexual estén relacionadas. Puede ser que las tribus primitivas fueran violentas y al mismo tiempo promiscuas, y que la monogamia solo se generalizó después de la Revolución Agrícola. ¿Hay otros indicadores sobre si somos naturalmente monógamos o promiscuos? El comportamiento monógamo es mediado por la oxitocina y la vasopresina Hay evidencia de que la monogamia en los mamíferos está determinada genéticamente. Por lo tanto, el que seamos monógamos o poliamorosos no es sólo un fenómeno cultural sino también biológico. Esta evidencia se basa en trabajos de investigación sobre unos pequeños roedores llamados campañoles de pradera (prairie voles en inglés), que son monógamos: se unen de por vida y crían juntos a su prole. Sin embargo, los campañoles de montaña son promiscuos. La diferencia entre las dos especies es el número de receptores de oxitocina en sus cerebros: los campañoles de pradera tienen muchos más receptores que los campañoles de montaña. Usando técnicas transgénicas, los científicos disminuyeron la expresión de los receptores de oxitocina en los cerebros de los campañoles de pradera, y esto los convirtió en promiscuos. Más adelante se realizaron investigaciones sobre la oxitocina y la otra hormona social, la vasopresina, tanto en animales como en humanos. Mientras que el comportamiento monógamo en las mujeres es mediado por la oxitocina, en los machos es mediado tanto por la oxitocina como por la vasopresina, que también induce territorialidad y agresión lúdica. Por lo tanto, parece ser que el que seamos monógamos o promiscuos depende de la cantidad de receptores de oxitocina y vasopresina que tengamos en el cerebro. Chimpancés y bonobos Otra forma de examinar la cuestión de si somos naturalmente monógamos es estudiar a nuestros primos los grandes simios: orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos. Ninguna de estas especies es monógama. Los gorilas son polígamos: un macho custodia un harén de varias hembras. Los orangutanes son bastante raros sexualmente: los machos son solitarios y las hembras escogen aparearse con machos de una cierta edad, que desarrollan placas faciales. Sin embargo, a menudo ocurre que macho joven se aparea a la fuerza con una orangután hembra. Los chimpancés viven en tropas que están organizadas jerárquicamente, con un macho dominante a la cabeza. Cuando una hembra alcanza el estro, el macho dominante se aparea con ella y luego permite los machos aliados con él que tengan acceso a ella (véase Chimpanzee Politics por Frans de Waal). Los bonobos son la especie más interesante desde el punto de vista sexual. A diferencia de los chimpancés, sus tropas están gobernadas por una coalición de hembras que usan el sexo para establecer vínculos afectivos. Las bonobo hembra también tienen relaciones sexuales con los machos y no necesitan estar en celo para aparearse. El sexo es muy frecuente ente los bonobos, porque se usa para crear vínculos afectivos y disipar estrés social. Por ello, los bonobos se han convertido en un ejemplo de poliamor. Su proximidad genética a nuestra especie se ha utilizado como un poderoso argumento a favor de que los humanos seamos naturalmente poliamorosos. De hecho, si la monogamia fuera lo natural, no nos sería tan difícil ser fieles. Por lo visto, nuestro cerebro no tiene la cantidad suficiente de receptores de oxitocina. La monogamia y la igualdad de género son cuestiones distintas Para algunas feministas pro-sexo, la igualdad de género, la no-monogamia y la no-violencia están intrínsecamente unidas; son la naturaleza humana a la que revertiríamos si no fuera por la represión del Patriarcado. Es la versión más moderna del Mito del Salvaje Noble. Es una visión seductora, sin lugar a dudas. Según ella, cuando se comparte sexo entre varias personas y no hay celos, se vuelve innecesario el usar la violencia para controlar a las mujeres y mantener a otros alejados de “nuestra pareja”. Además, cuando un grupo de personas están unidos por el sexo y el amor romántico, no se pueden establecer jerarquías sociales basadas en el poder masculino, como sucede con los bonobos. Entonces, la igualdad de género ocurre de forma natural. Por tanto, el poliamor eliminaría de un plumazo la desigualdad de género, la violencia contra las mujeres y la violencia entre hombres. La culpa de todo la tuvo la Revolución Agrícola, que fue el Pecado Original que dio origen al Patriarcado con todos sus desagradables consecuencias de violencia, desigualdad de género, guerras y celos. Mis conclusiones Estoy de acuerdo con que la práctica generalizada del poliamor nos llevaría a esta sociedad utópica. Mis dudas conciernen a que esto sea el estado natural de la especie humana. Creo que la evidencia indica que las sociedades tribales antes de la Revolución Agrícola eran más violentas y tenían menos igualdad de género que las sociedades civilizadas. Que practicaran o no la promiscuidad sexual es una cuestión aparte. Hay mucho que desconocemos sobre las sociedades primitivas de antes de la Revolución Agrícola. Dados los escasos restos que dejaron, quizás nunca sepamos cómo eran realmente. Ya no quedan tribus no contactadas de cazadores-recolectores, y con ellas ha desaparecido nuestras esperanzas de saber cómo éramos en el pasado lejano. Solo recientemente hemos empezado a darnos cuenta de lo importante que es dejar intactas sus culturas, en lugar de intentar convertirlas al cristianismo y a nuestra otra religión dominante: el consumismo y la industrialización. Otras fuentes de conocimiento sobre la naturaleza humana son los grandes simios, pero la investigación sobre ellos está siendo restringida por los activistas de los derechos de los animales. Quizás nuestra mejor opción para responder a estas preguntas es la investigación en neurociencia comparando el cerebro humano con el cerebro de mamíferos monógamos y no-monógamos. En resumen, éstas son mis conclusiones: La cooperación es la característica básica de la especie humana. Lo hacemos mejor que cualquier otro animal gracias al lenguaje, que es capaz de transmitir una gran cantidad de información no solo en el presente sino a través del tiempo. Sin embargo, también somos violentos. La cooperación no elimina automáticamente la violencia. De hecho, se nos da muy bien cooperar para la violencia y la guerra. Los humanos primitivos eran más violentos de que los de ahora. La civilización y el progreso moral fueron factores clave para disminuir la violencia a lo largo de la historia. La igualdad de género es un logro moderno. Como las sociedades primitivas eran violentas y guerreaban con frecuencia, esto habría establecido estructuras de poder en las que los hombres dominaban a las mujeres. No creo que seamos naturalmente monógamos. Tenemos una gran flexibilidad en nuestra capacidad de tener relaciones sexuales y establecer vínculos afectivos, que son determinados en gran medida por la cultura en la que vivimos. Una de las características más notables de la especie humana es que el sexo ha evolucionado desde una función meramente reproductiva para convertirse en la base de los lazos sociales. Esto explica algunas características misteriosas de la sexualidad humana: la ovulación oculta, la disponibilidad continua de las mujeres para el sexo, la prevalencia del sexo homosexual, la dominación y sumisión sexual, los orgasmos y la menopausia. La evidencia indica que el Mito del Salvaje Noble no es verdad. Tenemos una curiosa tendencia a creer que el pasado fue una época dorada en la que todo era mejor, cuando en realidad es lo contrario: vivimos en el mejor momento posible de la Historia, en términos de falta de violencia, riqueza, disminución de la pobreza, libertad sexual e igualdad de género. Quizás el poliamor es uno más de estos logros modernos y no un regreso a un tipo de relación inscrito en nuestra naturaleza biológica. En cualquier caso, está claro que la monogamia, la exclusividad sexual y los celos no están escritos en nuestros genes, sino en normas culturales que se pueden cambiar. No hay nada en nuestra naturaleza que nos impida hacerlo y convertirlo en el modelo de relación del futuro.
- Mi Sendero Espiritual
Mi búsqueda de autoconocimiento, transformación personal y sentido en la vida Empecé a desarrollar mi filosofía de vida cuando dejé el cristianismo a los 15 años. No fue una decisión fácil. España todavía estaba bajo la dictadura Nacional-Católica del general Franco, mi padre tenía una posición prominente en el gobierno y yo había pasado mi infancia siendo adoctrinado por la organización católica conservadora Opus Dei. A mi filosofía de vida la llamo “trabajo interno”, porque la veo como un proceso activo y continuo de autodescubrimiento y autotransformación. Algunas personas llaman a eso un camino espiritual. Usé eso en el título, pero entiendo “espiritual” como una búsqueda de sentido sin creencias sobrenaturales. Las descarté durante la crisis que me llevó a dejar la religión, comprometiéndome con una visión del mundo basada en la evidencia y la racionalidad. Aún así, sentí una gran atracción por las experiencias místicas. Creí que podría lograr algún tipo de iluminación - Nirvana, Satori - que me abriría los ojos al sentido oculto del universo y, por lo tanto, de mi vida. Comencé practicando yoga cuando estaba en la universidad. Muy pronto tuve mis primeras experiencias místicas: un flujo ascendente de energía dentro de mi cuerpo acompañado de sentimientos de euforia y revelación. Me dejaron confundido, tratando de explicarlos de forma científica. Encontré respuestas en el Siloísmo, una escuela de ideas espirituales y políticas que se desarrolló en Argentina y Chile a partir de las enseñanzas de Gurdjieff, el Budismo, Krishnamurti, Robert Desoille y escuelas espirituales de todo el mundo. Los siloístas son de izquierda. De hecho, muchos de ellos tuvieron que salir de Argentina y Chile y refugiarse en España porque fueron perseguidos por las dictaduras que se habían apoderado de esos países. Era exactamente lo que estaba buscando: humanistas que creyeran en encontrar explicaciones racionales para las experiencias espirituales. Me mostraron que las experiencias místicas que tuve se podían reproducir con un tipo particular de meditación. También me hicieron escribir mi biografía y me mostraron cómo interpretarla. Con ellos aprendí y practiqué la técnica del ensueño dirigido de Desoillé. Su práctica consistía en ejercicios realizados en grupo que me desafiaron física y emocionalmente. Al mismo tiempo, me enseñaron una interesante visión de la conciencia y la mente que sentó las bases para mi aprendizaje de neurociencia. Los desacuerdos con la dirección que estaba tomando el siloísmo me llevaron a abandonarlo y comenzar a practicar el Zen. Me puse en contacto con discípulos del maestro Zen Taisen Deshimaru, quienes se había mudado a Madrid tras la muerte de su maestro. Al poco tiempo, conseguí trabajo en una empresa farmacéutica en París, así que tuve la oportunidad de practicar en el dojo original de Deshimaru en esa ciudad. Luego me vine a los EE. UU. a hacer un posdoctorado en los Institutos Nacionales de Salud, en los suburbios de Washington, DC. Allí seguí practicando Zen bajo la guía de Eido Shimano Roshi. Enseñaba Rinzai Zen, mientras que los discípulos de Deshimaru me enseñaron Soto Zen, así que aprendí de ambas tradiciones. A mi regreso a España, en 1989, me convertí oficialmente en budista Zen. Al mismo tiempo, mi carrera científica me había llevado a convertirme en neurocientífico. No fue un camino fácil. Decepcionado con el mal estado de la ciencia en España, volví a Estados Unidos con un trabajo en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles. Eso no funcionó muy bien y terminé haciéndome profesor de UCLA. Todo el tiempo estuve tratando de comprenderme a mí mismo con la combinación de la neurociencia y la experiencia interna que brinda la meditación zen. En 1991 me casé con dos ceremonias, una judía y otra budista Zen, oficiadas por Mirei Piault, discípula de Deshimaru, con quien había iniciado mi práctica. En Los Ángeles, fui a retiros dirigidos por Maezumi Roshi. Sin embargo, la práctica del Zen estaba perdiendo significado para mí. Continué llamándome budista en el sentido secular propuesto por Stephen Batchelor. En 2016, mientras asistía a una reunión del Mind & Life Institute en San Diego, decidí que mis ideas se habían vuelto demasiado diferentes del budismo para seguir considerándome miembro de esa religión. Varias otras cosas se habían convertido en parte de mi camino espiritual. En 1986, cuando vine por primera vez a EE.UU., descubrí la rica comunidad BDSM. Estaba tratando de comprender algunos oscuros deseos sexuales que había sentido desde mi infancia. Practicar el BDSM y el poliamor fueron fuentes inesperadas de autoconocimiento. Me ayudaron a comprender los traumas de mi niñez ya crecer emocionalmente. Complementaron al Zen para ayudarme a encontrar mi centro de gravedad interior. Hablando de gravedad, otra fuente de crecimiento espiritual para mí ha sido la escalada en roca, un deporte que comencé a practicar en España cuando tenía 18 años. Vivir en California me brindó muchas oportunidades excelentes para desarrollarme como escalador. Junto con otros deportes al aire libre (buceo, esquí, kayak, ciclismo), me puso en contacto con mi miedo y me enseñó la confianza en mí mismo y el amor por la naturaleza. Empecé a escribir en 2010. Bueno, la verdad es que escribí algo antes, pero fue en ese año cuando me enamoré de la novela que estaba escribiendo. Llegaba a casa después de un largo día de trabajo en el laboratorio y me sentaba frente a mi computadora hasta la madrugada, incapaz de separarme de mis personajes. Eran partes de mi subconsciente que cobraban vida para hablar con sus propias voces de cosas que había vivido. Los fines de semana, renunciaba a escalar y bucear para explorar los siguientes pasos en la trama. Me jubilé en 2020, justo cuando comenzaba la pandemia de Covid-19. Todavía hago algo de trabajo científico, pero sólo como voluntario. La mayor parte de mi tiempo lo dedico a desarrollar mi carrera como escritor. Lo que me motiva a escribir es no querer que las cosas que he aprendido a lo largo de mi vida mueran conmigo. Descubrí que escribir ficción es una forma maravillosa de explorar mi mundo interior. Escribir sobre ciencia y filosofía me permite probar y desarrollar mis ideas. Una de las cosas más importantes que aprendí es que no se trata sólo de tener ideas, sino prácticas que involucren a mis emociones y mi cuerpo. No es bueno vivir dentro de nuestras cabezas. La meditación, el yoga, la escalada, el BDSM y el poliamor crearon retos que me hicieron crecer emocionalmente, pusieron a prueba mi autoconocimiento y me sacaron de la autocomplacencia. Solo entrenando en los diferentes niveles del ser es posible lograr una verdadera autotransformación. Para mí, todo comienza a unirse en una comprensión armoniosa del mundo y de mí mismo. No pretendo estar iluminado, pero estoy feliz conmigo mismo y con todo lo que he aprendido. Mi principal desafío en estos días es encontrar los nuevos pasos que quiero dar antes de que inevitablemente me quede sin tiempo y muera.
- ¿Es valioso el saber por sí mismo?
¿Valoramos el saber por sí mismo o sólo por los beneficios que nos aporta? Sistemas de ética y la cuestión del valor intrínseco del saber Últimamente me ha venido intrigando la idea de que los sistemas éticos existentes no responden adecuadamente a la pregunta de si las cosas tienen valor intrínseco. La más importante de estas cosas es el saber. ¿Lo valoramos como un fin o como un medio? Muchas religiones consideran la adquisición de saber como un acto de arrogancia o de apropiación de algo que pertenece a Dios. Así, en el cristianismo el Pecado Original fue comer del Árbol del Conocimiento, lo que parece ser una metáfora de aprender algo que no deberíamos. Más tarde, la Torre de Babel fue considerada como un acto de arrogancia que debía ser castigado confundiendo a los hombres, quitándoles el saber. La deontología no establece ningún deber particular respecto a la adquisición del saber, aunque sí condena mentir sobre algo que ya sabemos. El consecuencialismo, y el utilitarismo en particular, se basan en maximizar la felicidad para el mayor número de personas. Más conocimiento podría o no hacernos más felices. Por ejemplo, saber que somos solo una mota en la inmensidad del cosmos, y que la duración de la especie humana es minúscula en comparación con la extensión del Tiempo Profundo, es más probable que nos lleve a la desesperación que a la felicidad. Entonces, de acuerdo con estos sistemas de ética, no solo el saber no tiene un valor intrínseco, sino que podría no ser bueno. La ética de la virtud se basa en el desarrollo moral de las personas. Para ella, el conocimiento tiene un valor instrumental como vía para alcanzar la sabiduría, la prudencia y otras virtudes. Por lo tanto, considera el conocimiento como un medio, no como un fin. Por lo tanto, si cosas como el saber, una obra de arte o una especie tienen valor en sí mismas, esto parece requerir un nuevo sistema de ética. Habría que comparar su valor intrínseco con el valor que asignamos a la felicidad, la virtud o el cumplimiento del deber. La relevancia práctica de esta pregunta Ésta no es una pregunta vanal. Las sociedades modernas se enfrentan a decisiones prácticas que dependen de si el conocimiento tiene valor intrínseco o no: ¿Es correcto invertir enormes cantidades de dinero en exploración espacial, aceleradores de partículas o experimentos en astrofísica, cuando su aplicación práctica es dudosa? ¿Es correcto utilizar animales para experimentos que solo aumentarían nuestro conocimiento, sin ninguna aplicación práctica clara? ¿Se debe difundir el conocimiento científico a toda la población, a riesgo de que algunos individuos o estados lo utilicen para fines nefastos? El valor práctico frente al valor intrínseco del saber Los beneficios de la civilización moderna no habrían sido posibles sin la gran cantidad de conocimientos acumulados por la ciencia. Existe un general acuerdo de que la inversión en investigación científica se justifica por las innovaciones técnicas que aporta la ciencia. La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría nos enseñaron que el país con mayor conocimiento científico y tecnológico tendrá la ventaja militar. Por lo tanto, para ser poderoso, un país debe invertir en ciencia. Desde el punto de vista económico, la ciencia trae nuevos inventos que contribuyen a la riqueza de una nación. Por lo tanto, los gobiernos intentan invertir en los aspectos de la ciencia relacionados con la salud pública, el desarrollo económico y el poderío militar. Pero los científicos les advierten constantemente que es imposible saber qué partes de la ciencia contribuirán a nuevos inventos, por lo que tiene que haber inversión en ciencia básica. Sin embargo, cuando dicen eso, los científicos no están siendo completamente honestos. La mayoría de los científicos sentimos que hacemos ciencia porque queremos adquirir conocimiento por sí mismo. Y no son solo los científicos los que se esto. Las ciencias más populares tienen poca o ninguna utilidad: la astrofísica, la física de partículas y la biología evolutiva, por ejemplo. Las imágenes tomadas por las sondas en Marte son realmente asombrosas, pero tienen poca relevancia práctica. Incluso si colonizar Marte no fuera una quimera, hacerlo sería de poco beneficio para los que nos quedáramos aquí en la Tierra. La verdad es que nos inspiran los descubrimientos en estas áreas porque nos llenan de asombro. Muchas personas sienten que la ciencia es algo valioso en sí mismo. Los peligros del saber El conocimiento no sólo no siempre es beneficioso, sino que puede ser francamente peligroso. No hay garantía de que los descubrimientos científicos siempre funcionen para el bien de la humanidad. Hay quien dice que la razón por la que no encontramos otras civilizaciones en las estrellas es porque cada civilización finalmente hace un descubrimiento que la condena a la extinción. Las bombas nucleares son un buen ejemplo: ahora tenemos el poder de destruirnos a nosotros mismos y a gran parte de la vida en la Tierra. La biotecnología está facilitando cada vez más el desarrollo de nuevas enfermedades. Imaginaos si descubrimientos futuros hicieran posible crear un agujero negro que se trague la Tierra. O una nanomáquina (“polvo gris”) que convierte en sí misma todo lo que toca. O una forma de vida que se come toda la biosfera y se convierte en la única especie del planeta. El deseo de saber es una parte esencial del ser humano Y, sin embargo, sentimos en nuestros huesos que aprender sobre el mundo y sobre nosotros mismos es nuestro destino. La ciencia nos ha dado las maravillas tecnológicas que hacen posible nuestras cómodas sociedades pero, lo más importante, nos ha liberado de nuestros miedos ancestrales. Ya no tememos a los relámpagos, al viento o a las olas. Sabemos que son la manifestación de leyes físicas básicas, no de los caprichos de alguna deidad que necesita ser apaciguada. Sí, los fenómenos naturales todavía pueden matarnos, pero saber lo que son nos proporciona control sobre ellos. La historia nos ha enseñado que el saber significa poder, confort y libertad. Pero, profundizando más, somos la primera especie que ha conquistado todo el planeta, y lo hemos hecho porque nuestros gigantescos cerebros nos permitieron entender el mundo. Anhelar el conocimiento está en nuestro ADN. Es lo que nos hace humanos. Yo incluso diría que valorar el conocimiento porque es útil es entenderlo al revés. ¿Y si lo que hace que los seres humanos seamos valiosos es nuestra capacidad de recopilar conocimientos? En nuestra búsqueda interminable de sentido, podemos encontrarlo en el saber. Porque es lo que dejamos cuando nos morimos, para que otros lo disfruten. O quizás porque el saber tiene sentido por sí mismo. Copyright 2021 Hermes Solenzol
- Somos polvo de estrellas - encontrando sentido en el Universo
Cuando contemplo la maravillosa descripción del Universo que ha creado la ciencia, encuentro que está llena de sentido “Sentido” podría definirse como algo más grande que nosotros mismos que le da propósito y dirección a nuestras vidas. El que nuestra vida tenga sentido es uno de los ingredientes de la felicidad, porque para la mayoría de las personas una vida que valga la pena debe tener propósito. Sentido y ética El sentido también es importante como fundamento de la ética. Los sistemas de valores pueden reducirse a unas pocas premisas fundamentales a partir de las cuales un código de ética puede desarrollarse de forma racional. Sin embargo, esas premisas son arbitrarias a menos que puedan referirse a algún otro saber, por ejemplo, ideas sobre lo que significa el ser humano o una descripción del mundo. Por ejemplo, el cristianismo y el islam basan su ética en la voluntad de Dios. Esto se basa en la creencia de que Dios creó el Universo y Su voluntad tiene prioridad sobre cualquier otra cosa. Sin embargo, este sistema de ética se desmorona cuando cuestionamos la fe en Dios, o la moralidad de someternos a la voluntad de un Dios que permite el sufrimiento. Otro ejemplo es el Utilitarismo, un sistema ético basado en maximizar la felicidad y minimizar el sufrimiento. A su vez, esto se basa en la creencia de que ser feliz y evitar el sufrimiento es el objetivo último de nuestra vida. De forma parecida, el Budismo tiene como objetivo final la superación del sufrimiento mediante la comprensión de nuestra naturaleza más íntima. Sin embargo, ser feliz y superar el sufrimiento se me antojan metas más bien miopes, que me dejan preguntándome: ¿no hay nada más en la vida? Nihilismo La creencia de que la vida carece de sentido se llama Nihilismo, que propone que nada tiene sentido. Incluso ser feliz y evitar el sufrimiento son objetivos espurios que, en sí mismos, carecen de sentido. Por lo tanto, establecer una base ética sobre ellos es también inútil. Mucha gente rechaza el Nihilismo porque conduce a una perspectiva cínica de la vida en la que nada de lo que hacemos tiene dirección ni propósito. Ello conduce a un tipo especial de sufrimiento: la angustia existencial. Muchos creen que la ciencia nos presenta una visión del mundo nihilista, ya que no puede encontrarse ningún sentido a los fríos datos que nos aporta sobre el Universo. Encima, la enormidad del espacio y del tiempo que nos revela la ciencia, el poder apabullante de energías y procesos, nos deja sintiéndonos completamente insignificantes. Un ejemplo humorístico de esta perspectiva nihilista y cínica lo vemos en la canción The Universe Song, de Monty Python, que aparece en su película El sentido de la vida. Después de enumerar un montón de números sin sentido sobre el Universo, la canción termina diciendo: "Así que, cuando te sientas inseguro e insignificante, recuerda lo increíblemente improbable que es tu nacimiento. Y reza para que haya vida inteligente en algún lugar en el espacio, porque desde luego no la hay aquí abajo en la Tierra." Monty Python, The Universe Song Existencialismo El Existencialismo dice que el único sitio donde podemos encontrar sentido es en nuestras propias vidas y en las tareas humanas. Es decir, que el sentido se encuentra dentro y no fuera de nosotros. Hoy en día esto se ha convertido en una creencia muy extendida en personas que rechazan la religión y adoptan un sistema de valores basado la racionalidad y la ciencia. Nuestra naturaleza cooperativa, nuestra empatía y nuestro sentido de solidaridad hacen que tenga sentido para nosotros luchar por mejorar la suerte de nuestros semejantes. Entre las ideologías políticas, el socialismo propone que el trabajar en pos de una sociedad igualitaria y libre es el objetivo que da sentido a nuestras vidas. Efectivamente, conseguir una sociedad utópica es un objetivo más grande que nosotros, por lo que puede proporcionar propósito y dirección a nuestras vidas. Problemas con el Existencialismo Sin embargo, concebir la ética exclusivamente en base a la felicidad y el sufrimiento humanos tiene sus problemas. Por ejemplo, consideremos el ecologismo: ¿cuál sería la base ética de proteger el medio ambiente y los ecosistemas? Se podría argumentar que los humanos necesitamos un medio ambiente saludable. Sin embargo, esto no es suficiente, podríamos ser perfectamente felices si se extingue una rara especie de insecto o planta. Y, sin embargo, nuestra intuición nos dice que la extinción de una especie es algo malo que debe evitarse incluso a un costo relativamente alto. Las leyes ambientales de la mayoría de los países desarrollados se basan en ese principio. Otro ejemplo es la ciencia. A menudo se dice que el valor de la investigación científica radica en las curas para enfermedades y otros beneficios materiales que nos proporciona. Si eso fuera cierto, deberíamos dejar de gastar enormes sumas de dinero en enviar sondas para explorar el Sistema Solar o haciendo investigación sobre física de partículas, porque esas empresas no aportan mucho a curar el sufrimiento o hacernos felices. Aunque no nos atrevamos a decirlo en voz alta, los científicos sabemos que hacemos ciencia más para perseguir el saber que sus aplicaciones. La ciencia casi siempre produce cosas buenas y cosas malas: energía nuclear y bombas atómicas; productos farmacéuticos y venenos ambientales; la internet y su capacidad para controlar nuestras mentes; terapia génica y manipulación genética. Por cada bendición hay una maldición. No es de extrañar que haya quien piense que debemos volver a una simple sociedad agraria sin ciencia ni tecnología, o incluso a ser los cazadores-recolectores que éramos antes de la Revolución Agraria. Hay incluso quien dice que el mundo estaría mejor sin ningún ser humano. Lo que defiendo en este artículo es que podemos encontrar sentido no sólo dentro de nosotros, sino también en nuestro exterior, en el mundo y el Universo. Esta idea la baso en conocimientos científicos y no en creencias religiosas. La evolución de todo Si tomamos perspectiva y contemplamos todo lo que ha descubierto la ciencia, veremos que el Universo no es una serie de procesos aleatorios. Al contrario, ha ido evolucionando desde el Big Bang en una dirección definida: un aumento de complejidad y organización. Y esto incluso se puede formalizar científicamente: la cantidad de información que necesitamos para describir el Universo ha ido aumentando con el tiempo. Al principio solo había partículas básicas: fotones, electrones, protones, neutrinos, etc. Cuando el Universo se enfrió lo suficiente, los electrones y protones formaron átomos de hidrógeno. La gravedad hizo que se formaran las estrellas, en cuyo interior el hidrógeno se transforma en helio. Luego, a medida que las estrellas envejecen, el hidrógeno se convierte en carbono y en los otros átomos ligeros de la tabla periódica. Al final de su vida las estrellas explotan en novas y supernovas, y colapsan formando estrellas de neutrones, dando origen a los átomos más pesados. Este polvo de estrellas flotando en el espacio en forma de nébulas da lugar a nuevas estrellas, que ahora tienen planetas a su alrededor donde se dan cita todo ese nuevo zoológico de átomos. En la Tierra, el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno y algunos otros átomos se organizaron para formar moléculas complejas y seres vivientes. Comienza la evolución, creando más y más formas de vida. Si bien es cierto que la evolución no avanza en ninguna dirección en particular, también es cierto que el algoritmo de la mutación genética combinada con la selección natural actúa para llenar cada nicho ecológico, creando seres de todos los tamaños y formas posibles (Stuart Kaufman, At Home in the Universe). Esto genera formas de vida simples, pero también animales grandes y complejos. Uno de ellos es el ser humano. La forma que tuvo el ser humano de ganar el juego de la selección natural fue desarrollar un cerebro grande que nos permite un comportamiento cooperativo basado en la transferencia de información, no solo en el presente sino también a través del tiempo, de generación en generación. Al igual que apareció la vida, la cultura hace acto de presencia como algo completamente nuevo. La ciencia es una forma de cultura, aportando herramientas asombrosas para extraer y organizar información. Así fue como nos convertimos en los ojos por los que el Universo se mira a sí mismo. Entre otras cosas, ahora sabemos que el Sol no es la única estrella con planetas capaces de desarrollar vida. Por lo tanto, el mismo proceso de la evolución terrestre, la búsqueda de nuevas formas y la eventual aparición de inteligencia, podría haber ocurrido en otros planetas. Millones de estrellas jugando a la ruleta de la vida y de la inteligencia. ¿Cuantos ganadores hay? Seguramente un montón. La jerarquía de los seres Cuando examinamos todo este proceso, nos damos cuenta de que está organizado de forma jerárquica. Con ello quiero decir que hay varios niveles discretos de complejidad, cada uno construido sobre el nivel inferior: física, química, biología, neurociencia, psicología, sociología. Tenemos una ciencia diferente para estudiar cada nivel. Esto no es por capricho, sino porque cada nivel tiene sus propias reglas que deben estudiarse por separado y no pueden deducirse de las reglas del nivel inferior (Ray Kurzweil, The Singularity Is Near: When Humans Transcend Biology). A esto se le llama emersión: el hecho de que en un momento determinado aparecen nuevas leyes, que coexisten con las leyes del nivel inferior pero que al tiempo constituyen fenómenos completamente nuevos. Así, las leyes de la química añaden novedad a las leyes de la física de partículas. Y cuando aparece la vida, sigue leyes que son diferentes de las leyes de la química. Y así sucesivamente con las leyes que gobiernan el sistema nervioso y las que gobiernan las interacciones humanas. ¿Qué causa la emersión? Desde un cierto punto de vista, la evolución y otros procesos que crean complejidad y auto-organización son algoritmos: sistemas de procesamiento de información que siguen ciertas reglas de computación para generar un resultado a partir de las condiciones originales (Charles Seife, Decoding the Universe; Seth Lloyd, Programming the Universe). Por ejemplo, el algoritmo de la evolución es: 1. generar mutaciones en el ADN; 2. traducirlos al fenotipo; 3. probar el fenotipo en el medio ambiente; 4. SI muerte, descartar la mutación; 5. SI supervivencia, amplificar la mutación al reproducirse; 6. Volver al paso 1 mientras se produce descendencia. Este algoritmo explora “paisajes” formados por todas las formas posibles de seres vivos, mientras que la selección natural elimina las formas que no se ajustan al entorno (Stuart Kaufman, At Home in the Universe, Investigations). De hecho, este algoritmo es también un producto de la evolución. La mutación no es aleatoria, como se pensaba anteriormente, sino que ha sido perfeccionada por el proceso de selección natural, de modo que algunas partes del ADN son más susceptibles a mutaciones que otras. Además, se crearon mecanismos específicos para generar variación genética, como la transposición de genes (Lynn Helena Caporale, Darwin in the Genome). ¿Un Universo con sentido? ¿Qué tiene que ver todo esto con encontrar el sentido de la vida? Intuitivamente le damos valor a la complejidad y la auto-organización que vemos en los seres vivos. También admiramos la inteligencia y la cultura, que consideramos un nivel superior a la mera vida. El hecho de que el Universo haya evolucionado progresivamente para crear la vida y luego a los seres humanos indica que somos parte de un proceso mucho más grande que nosotros mismos. Este proceso debería ser capaz de inspirarnos reverencia y asombro. Por lo tanto, no sólo podemos encontrar sentido en trabajando para el bien de la Humanidad, que al final no tiene sentido en sí misma, sino que la Humanidad y nosotros mismos tenemos sentido porque somos parte de un proceso más amplio que abarca toda la historia del Universo. ¿Continuará este proceso en el futuro, incluso más allá de la existencia de la Humanidad? Es tentador caer en la herejía de la teleología: el creer que la evolución tiene un objetivo particular, como producir seres humanos, o que el Universo tiene como objetivo producir consciencia o inteligencia. Esta idea ha sido condenada porque los objetivos son algo que tienen los humanos, no materia inanimada. Sin embargo, la agencia (hacer algo para lograr un resultado en particular) podría considerarse una propiedad de los seres vivos. Contemplando el pasado es inevitable concluir que el Universo ha evolucionado en la dirección de una creciente complejidad y auto-organización y que esto ha llevado a la aparición de organismos ricos en información e inteligencia. Transhumanismo De hecho, ahora mismo estamos creando ordenadores que almacenan toda nuestra información cultural al tiempo que generan información en cantidades ingentes. ¿Es ese el siguiente paso de la evolución del Universo? ¿Seguiremos formando parte de este proceso, o nos dejará atrás? El Transhumanismo es una corriente moderna de filosofía que, a partir de esta visión del Cosmos, propone que podemos encontrar sentido en el desarrollo futuro de la especie humana. Confía en que podamos avanzar de la mano de la inteligencia artificial en lugar de ser reemplazados por ella (Ray Kurzweil, The Singularity Is Near: When Humans Transcend Biology). Es posible que podamos hacer eso conectando nuestros cerebros directamente a los ordenadores, quizás eventualmente migrando nuestra consciencia a ellos. Conclusiones No se trata de que el Universo tenga sentido en sí mismo, sino de que seamos capaces de encontrar sentido en nuestras vidas cuando contemplamos cómo el Universo ha ido evolucionando para dar lugar a la consciencia, la inteligencia y la cultura. Somos los seres humanos los que somos capaces de asignar valor y belleza lo que está fuera de nosotros. Cuando miramos una ola al romper, una montaña nevada y un delfín, sabemos que son algo hermoso y valioso. Del mismo modo, cuando vemos cómo las estrellas son capaces de crear átomos y formar nebulosas con ellos, cómo se crean los planetas a partir de esas nebulosas, cómo surgen la vida, los sistemas nerviosos y la consciencia, no podemos evitar sentirnos llenos de admiración y asombro. No existimos independientemente del Cosmos, somos polvo de estrellas que se ha vuelto consciente. Lo que hacemos en nuestras vidas, el destino de la Humanidad, tiene importancia porque es parte de este asombroso juego cósmico. No sabemos a dónde irá el Universo desde aquí, pero de alguna forma sospechamos que el paseo va a valer la pena.
- Amor a la pata coja
La belleza de salir con una amputada Debo confesar que la primera vez que vi su muñón me dio algo de asco. Tenía la piel floja, arrugada, llena de cicatrices. Era blando al tacto y emitía un vago olor enfermizo, quizás por ir enfundado todo el tiempo en la vaina de goma de su pierna ortopédica. De todas formas, hicimos el amor. Y es que Erin, a pesar de tener amputada la pierna izquierda por debajo de la rodilla, es una mujer hermosa y sexy. Tiene el cuerpo esbelto y cimbreado de una adolescente, músculos bien marcados en los brazos, los hombros y la espalda, el vientre plano, los pechos pequeños y deliciosos, y un culo exquisito. Pronto pude comprobar que Erin es una gran experta en los artes eróticos. Su deseo se enciende con facilidad y entonces se abandona completamente a ti, a todo lo que quieras hacerle, abriéndote todo su cuerpo con un entusiasmo fogoso, febril, sin miedos ni traumas. Rodamos en la cama probando todas las posturas, todas las perversiones, nuestros cuerpos desnudos cubiertos en una pátina de sudor que no sabíamos si era suyo o era mío. Le había puesto como condición para nuestra relación una rigurosa honestidad: no aguanto las mentiras, y secretos, los justos. Así que al día siguiente no le quise ocultar lo que había sentido. “Tuve algo de problema con tu muñón”, le confesé. Su respuesta fue completamente inesperada: “¿Y qué te crees? ¿Que yo no? Hace más de veinte años que perdí la pierna y aún no me he acostumbrado a verlo”. Eso me conmovió. Si no me gustaba su muñón yo tenía la opción de dejarla. Pero ella no, ella siempre tendría que hacer el amor levantando en el aire un solo pie, intentando no mirar el muñón, confiando en que al amante de turno no le importara demasiado su cuerpo incompleto. Creo que fue entonces cuando empecé a enamorarme de Erin. Poco a poco, en citas sucesivas, Erin me fue contando su historia. De adolescente siempre le había gustado mucho correr. Se pasaba horas y horas trotando entre los chalets de Burbank, justo al pie de las empinadas montañas de San Gabriel que perfilan el horizonte de Los Ángeles. Corrió varios maratones y ganó algunas medallas. Tenía unas piernas preciosas, fuertes y estilizadas. Cuando le hizo falta algo de dinero se apuntó a exhibirlas en un club de strip-tease, donde tuvo mucho éxito. Tenía veinticinco años cuando ocurrió el desastre. Un día de septiembre, al ponerse el sol, una amiga le pidió que la llevara a su casa en su scooter. El coche salió de la nada en una intersección, haciendo un giro ilegal a la izquierda, y se las llevó por delante. Erin se encontró tirada en mitad de la calle con el pie izquierdo destrozado, escupiendo sus dientes sobre el asfalto. Su amiga salió ilesa del accidente. Estuvo hospitalizada casi hasta navidad. Los médicos hicieron todo lo posible por salvarle el pie, pero no hubo manera. Erin le dijo a su madre que no dejara que le cortaran la pierna, que prefería morirse a no volver a correr. Fue el olor de la gangrena lo que la hizo cambiar de opinión, un olor indescriptiblemente asqueroso, que la acompañaba día y noche hasta hacerla enloquecer, sobre todo a sabiendas que provenía de su propio cuerpo. Un día el médico entró en su cuarto y se quedó mirándola, sin decir nada. “La voy a perder, ¿verdad?”, le dijo Erin. El médico asintió. La cosa no terminó ahí: la pierna cercenada seguía gangrenándose, y los médicos tuvieron que seguir cortando una y otra vez, cada vez más arriba, cada vez más cerca de la rodilla, extirpándole completamente el peroné y dejando sólo un breve trozo de tibia. Para recubrirle el muñón le quitaron piel de la parte delantera de los muslos, donde aún ahora le quedan dos parches blancuzcos de forma rectangular, como remiendos en los pantalones de un pobre. Un día, bromeando, le dije que me recordaba a un espantapájaros, y a partir de entonces empezó a firmar así sus e-mails: “tu espantapájaros”. Erin no tenía dinero para comprarse una pierna ortopédica, así que ella misma se hizo una pata de palo, como la de un pirata, que se ataba al muñón con correas de cuero. Sus compañeros de trabajo le dieron chapas y pegatinas, que ella fue poniendo sobre su pata de palo hasta que la madera quedó completamente recubierta. Ahora tiene una buena pierna ortopédica que la permite andar normalmente. Un día la llevé a la playa y la convencí de correr conmigo por la orilla del mar. Sí, Erin aún puede correr, pero no lo hace porque con el impacto repetido se le puede resquebrajar el plástico de su pierna ortopédica y no tiene dinero suficiente para remplazarla. Nunca me imaginé que iba a acabar con una amante con el cuerpo destrozado. Nunca me imaginé que me iba a gustar tanto. ¿Qué es, en definitiva, la belleza? Hay una belleza fácil, que te entra por los ojos, la que te inculcan las películas, las revistas, los anuncios. La piel suave, impecable; el cuerpo simétrico; los músculos bien formados, recubiertos por esa fina capa de grasa que lima las esquinas del cuerpo femenino. Ese tipo de belleza no es más que un reflejo animal: al final todo se resume en la atracción hacia todo lo que hable de salud, en la repulsión hacia todo signo de enfermedad. Pero hay otro tipo de belleza exclusivo de los seres humanos: la belleza de hacer algo bien, de vivir de forma adecuada. La belleza de una historia que te llega muy adentro. Eso es lo que veo en el cuerpo mutilado de Erin: su historia, el coraje que necesitó para enfrentarse a no poder volver a correr y verse condenada a arrastrar toda la vida una pierna de plástico y metal. Ahora, cuando hacemos el amor le beso las cicatrices, le acaricio el muñón. Ella me dice que es muy sensible, pues todos los nervios que antes iban al pie terminan forzosamente allí. Erin es hermosa, y no sólo por su cuerpo cimbreado de adolescente, por su vientre plano y su culo exquisito. Es hermosa por la pierna que le falta, por los parches rectangulares de piel blancuzca en sus muslos, por sus cicatrices. Esas son cosas que hablan de su historia, de su sufrimiento y de su capacidad para superarlo. De que su buen humor y su sonrisa fácil son sus conquistas, su triunfo sobre la mala suerte. De que posee una fortaleza que pocos de nosotros llegaremos nunca a tener. Escribí este artículo en el 2013, cuando todavía salía con Erin. A ella le encantó y se lo enseñó a todos sus amigos. Erin me dejó en junio de ese año. Poco después, en noviembre, se quitó la vida. Por lo visto, lo que le dijo a su madre en el hospital iba en serio: era demasiado doloroso para ella vivir sin su pierna.
- Cómo enviar libros electrónicos a tu Kindle
Una guía simple a través de las complejas páginas de Amazon Si tienes un Kindle, subir un libro que compras en Amazon se hace de forma automática. El problema viene cuando adquieres el libro en otro sitio y lo quieres leer en el Kindle. Amazon no te lo pone fácil. Requiere que mandes el fichero del libro a una dirección de email asociada a tu Kindle. Pero esto sólo lo podrás hacer desde una dirección de email que previamente has autorizado. Sigue estos pasos. Paso 1: Encontrar la dirección de email de tu Kindle En el ordenador, ve a Amazon.com y haz login en la cuenta asociada a tu Kindle. En la barra de arriba, elige la tercera opción a la derecha: “Cuentas y Listas”. Bajo “Tu Cuenta”, pincha en “Contenido y Dispositivos”. Aparecerá una tercera barra horizontal, color blanco. En ella, pincha en "Preferencias". Ve al final de la pantalla y pincha en "Configuración de Documentos Personales". Pincha en esa opción y verás aparecer una lista de tus Kindles, y también teléfonos y otros dispositivos que tenga la app de Kindle. Junto al nombre de cada Kindle, verás la dirección de email que tienen asociada. Esta dirección se pude cambiar con la opción “Editar”. Paso 2: Autorizar tu dirección de email Un poco más abajo en la misma pantalla, encontrarás la “Lista de direcciones de correo electrónico autorizadas para el envío de documentos personales”. Es posible que esté vacía. Pincha en “Añade una nueva dirección de correo electrónico autorizada” y escribe en la casilla la dirección de email desde donde vas a mandar los libros. Paso 3: Mandar el fichero con el libro a la dirección de email de tu Kindle Desde la dirección de email que has autorizado en el paso 2, escribe un email a la dirección de email de tu Kindle (paso 1). No incluyas sujeto ni texto alguno, sólo adjunta el fichero EPUB o AZW del libro que quieres enviar. Los formatos de libro electrónico (la extensión en el nombre del fichero) que puedes mandar a tu Kindle son AZW y EPUB. Amazon ha descontinuado el formato MOBI, pero aún funciona en Kindles antiguos. Te aconsejo usar EPUB. Puedes usar este mismo sistema para enviar a tu Kindle documentos personales. Sin embargo, Amazon cobra una tarifa de $0.15 por documento enviado. Kindle acepta los siguientes ficheros: PDF, DOC, DOCX, HTML, HTM, RTF, TXT, JPG, JPEG, GIF, PNG, BMP, MOBI, AZW y EPUB. Paso 4: Enciende tu Kindle y espera a que se baje el libro Si esto no ocurre, selecciona “Contenido” en la misma barra donde está “Preferencias”. Allí hay una lista de todos los libros y documentos accesibles en tus Kindles. Si tu libro está allí y no en tu Kindle, es que no se ha enviado al Kindle. Selecciona “Entregar o quitar del dispositivo” y luego la casilla correspondiente a tu Kindle. Si tu libro no está allí, es que no se ha subido a Amazon. Vuelve a repetir los pasos anteriores para ver lo que está mal. Otras formas de subir libros a tu Kindle Estos métodos requieren otras aplicaciones. Usando la Kindle app en tu teléfono https://www.howtogeek.com/798894/how-to-transfer-epub-to-kindle/ Usando Calibre Calibre es una aplicación gratis que permite formatear y organizar todos tus libros electrónicos y documentos. Es imprescindible si eres escritor independiente. https://www.howtogeek.com/539829/how-to-transfer-any-ebook-to-kindle-using-calibre/ Usa este sistema si compras mis libros Mis libros no están a la venta sólo en Amazon. También los publico en Draft2Digital (D2D), Smashwords y Gumroad. Desde D2D y Smashwords, se distribuyen a muchos otros puntos de venta, como Apple, Nook, Kobo, ¡Indigo, Angus & Robertson y Mondadori. Esto contribuye a ampliar el mercado, evitando el creciente monopolio de Amazon. Además, Smashwords y Gumroad me permiten ofrecer códigos de descuento para mis amigos y lectores del blog. Si tienes un Kindle, te aconsejo que compres mis libros en dónde te resulte conveniente. Usa este sistema para subirlos.
- El feminismo anti-porno, la Guerra del Sexo y el nacimiento del feminismo sexo-positivo
Una lucha de medio siglo sobre la pornografía, el sadomasoquismo y el trabajo sexual que aún persiste. En defensa del feminismo Yo soy feminista. Sin embargo, es necesario aclarar que apoyo el Feminismo Sexo-Positivo y me opongo al Feminismo Radical. El feminismo es uno de los movimientos sociales más justos y exitosos de la historia. En su siglo y medio de existencia ha conseguido que las mujeres tengan derecho al voto incorporaron a las mujeres a la fuerza laboral Defendió los derechos de la mujer en el trabajo. les dio acceso a todas las profesiones y al poder político, les otorgó el derecho a controlar su cuerpo, su sexualidad y su reproducción los defendió contra la violencia y el abuso sexual entre otras cosas. Que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres es obvio. Se deriva de los principios básicos de la justicia. También está claro que los hombres se beneficiarán de esa igualdad. Todos podemos ganar con el triunfo del feminismo. La lucha por la igualdad no ha terminado. Queda mucho por hacer, particularmente en los países en vías de desarrollo. Pero reconocer los éxitos del pasado nos trae la esperanza de que podemos conseguir la igualdad, y que lo lograremos pronto. El lado oscuro del feminismo Necesitaba decir todo eso este artículo trata sobre el lado oscuro del feminismo. Nada de lo que diga aquí debe interpretarse como negar que lograr la igualdad entre los sexos es una meta digna e importante. Sin embargo, como en cualquier otra empresa humana, se cometen errores. Las personas, incluso con las mejores intenciones, secuestran movimientos sociales beneficiosos para promover objetivos nefastos. Los años 70 fueron una década interesante, a menudo olvidada en comparación con la enorme energía y los cambios sociales trascendentales de los años 60. Muchos de esos cambios se profundizaron y se consolidaron en los años 70. Pero el amor y la positividad de los 60 se convirtieron en ira y negatividad en los 70. Y eso es lo que le pasó al feminismo. Algunas feministas decidieron que era necesario hacer retroceder la liberación sexual de los años 60, cuando los anticonceptivos empezaron a estar a la disposición de todas, librando a las mujeres del miedo a quedar embarazadas. Ahora podían tener sexo por diversión, tal como lo habían estado haciendo los hombres. Estas feministas académicas advirtieron que la liberación sexual era un mal disfrazado. Ocultaba el hecho de que las mujeres estaban siendo explotadas por los hombres, lo que quedaba de manifiesto en tres cosas: la pornografía, el sadomasoquismo y la prostitución. Debido a que inicialmente se centró en la pornografía, esta forma de feminismo se denominó feminismo anti-porno. Más recientemente, quienes abrazan esta ideología han elegido la etiqueta de Feminismo Radical, a pesar de que a menudo se hayan aliado con las formas más represivas de conservadurismo e intolerancia religiosa. Aunque el feminismo radical no siempre coincide con el feminismo anti-porno, esa es la etiqueta que usaré en este artículo. Al otro lado tenemos el Feminismo Sexo-Positivo. Una mirada a la historia del feminismo en los últimos 50 años nos revela que ha estado dividido entre estos dos campos. Algunos argumentarán que esta división fue un fenómeno exclusivo de la segunda ola del feminismo. Yo solía pensar que sí, pero después de leer artículos y comentarios en contra de la pornografía y el trabajo sexual, llegué a la conclusión de que la Guerra feminista sobre el sexo continúa hoy en día. Incluye guerras contra el coito, la pornografía, el BDSM, el trabajo sexual y las mujeres trans. La guerra contra el coito: ‘la penetración es violación’ La cita "la penetración es una violación" se atribuye a Andrea Dworkin, una famosa feminista radical, en su libro Intercourse. Más tarde negó haber escrito eso, pero usó un lenguaje tan complicado que puede interpretarse de cualquier manera. Pero no importa, porque algunas feministas radicales siguen afirmando hasta el día de hoy que la penetración es una violación. Otras se enredan en nudos retóricos al respecto. ¿De dónde viene esta afirmación tan extrema? Las feministas radicales ven las relaciones sexuales con pene en vagina como un acto de dominación de las mujeres por los hombres. Alternativamente, afirman que son los hombres quienes ven la penetración como un acto de dominación. No importa lo que piensen los hombres, porque no se les da voz en el asunto. Las feministas radicales saben mejor que nadie lo que hay dentro de la cabeza de los hombres. El rechazo al coito comenzó como una crítica a la idea de Freud de que era un signo de sexualidad madura, mientras que el sexo oral y el sexo anal denotaban estar estancados en alguna etapa de la infancia. El psicoanálisis no se basa en observaciones empíricas, por lo que tiene muchas ideas inventadas como esa. Las feministas radicales se aferraron a esto y tomaron la posición opuesta. Para ellas, el único placer políticamente correcto para las mujeres era el del clítoris, ya fuera como masturbación o como sexo oral. Los hombres prefieren la penetración porque les da placer a ellos, no a la mujer. O quizás porque quieren relegar a la mujer a una función reproductiva. Las mujeres que disfrutan follando deben que ser reeducadas en tipos de sexualidad que no sirvan para apaciguar el deseo masculino. La guerra contra la pornografía Las feministas radicales condenan la pornografía argumentando que está al servicio del placer de los hombres e implica la explotación de las mujeres. Para ellos, la actriz porno es una mujer explotada, llevada a realizar este tipo de trabajo por circunstancias sociales que la empobrecen. Argumentan que la sexualidad de las mujeres es tal que si realmente pudieran elegir, las mujeres nunca expondrían sus cuerpos para el placer de los hombres. Por supuesto, los hombres también aparecen en el porno, pero al Feminismo Radical los hombres sólo le preocupan a la hora de atacarlos. En los años 70, la actividad principal del Feminismo Radical fue iniciar campañas para prohibir y castigar la pornografía, aliándose en muchos casos con la derecha más reaccionaria en pos de este objetivo. Estos argumentos en contra de la pornografía han sido superados hoy en día, ya que la actitud de las mujeres sobre ella ha sufrido un cambio profundo. Mientras que en los años 70 las mujeres apenas veían porno, su consumo ha ido en constante aumento. Por lo tanto, ya no es cierto que el porno sea exclusivamente para el placer de los hombres. Aún más sorprendente fue el tremendo aumento de la pornografía amateur realizada por mujeres. Al contrario de lo que afirman las feministas radicales, muchas mujeres son exhibicionistas que disfrutan mostrando su cuerpo y siendo observadas en actos sexuales. En Felife.com, por ejemplo, puedes encontrar miles de fotos de desnudos y vídeos de sexo publicados por mujeres. Recientemente, muchas mujeres jóvenes buscaron monetizar su exhibicionismo publicando sus vídeos en lugares como OnlyFans. Esto ha diluido la frontera entre exhibicionismo y trabajo sexual. Por lo tanto, la pornografía no explota a las mujeres. Puede verse como otra forma en que las mujeres expresan su sexualidad. La guerra contra el sadomasoquismo Para el Feminismo Radical, el sadomasoquismo es la demostración más clara de que la sexualidad masculina está llena de violencia hacia la mujer. Según él, mientras que la mayoría de los hombres reprimen sus instintos violentos, los sadomasoquistas actúan abiertamente sobre ellos. Degradan, maltratan y humillan a sus ‘víctimas’ y, por extensión, a todas las mujeres. Las feministas radicales pasan por alto el hecho de que un número considerable de hombres son masoquistas o sumisos. Por el contrario, muchas mujeres son sádicas o dominantes. Hombres y mujeres también pueden ser alternar entre los roles de dominantes y sumisos. El Feminismo Radical trató de explicar el hecho de que muchas mujeres practican el BDSM con entusiasmo diciendo que han interiorizado la violencia sexual del hombre. También postulan que las mujeres pueden estar recreando la violencia que han sufrido en el pasado. Explican la sumisión masculina como una respuesta de algunos hombres a los sentimientos de culpa generados por su propia violencia sexual. Todo esto apesta a paternalismo y condescendencia. Las feministas radicales presumen de conocer la mente de los practicantes de BDSM mejor que ellos mismos. Estas explicaciones son rechazadas enérgicamente por la comunidad BDSM. La investigación científica muestra que BDSM es saludable y diferente de la violencia. Un estudio mostró que los practicantes de BDSM eran tan saludables mentalmente como la población general. Una encuesta de 975 hombres y 1046 mujeres en los EEUU mostró que más del 30% se había dedicado al spanking, el 20% al bondage y el 13% a latigazos, y que el 8% había asistido a fiestas BDSM. Cada generación descubre el BDSM a través de su propia película. Fue Historia de O en los 70, Nueve Semanas y Media en los 80, Secretaria en los 2000 y 50 Sombras de Grey en los 2010. Con cada uno, la aceptación social de BDSM aumentó constantemente. El sadomasoquismo se ha vuelto tan popular que ha pasado de ser el objetivo más claro de las feministas radicales a ser un tema que prefieren evitar. La guerra contra la prostitución Derrotadas en los frentes del coito, la pornografía y el BDSM, las feministas radicales se centraron en la prostitución. Ven a la prostituta como una mujer explotada que nunca elegiría ese trabajo si no se encontrara en una situación de extrema pobreza o incluso de esclavitud. Han logrado un gran éxitos con su implacable identificación de la prostitución con el tráfico sexual. Sin embargo, la narrativa contra el tráfico sexual es un mito creado para apoyar las leyes contra la prostitución. Nos dice que las mujeres en los países pobres son secuestradas a la fuerza, vendidas por sus familiares o engañadas por un proxeneta, y luego llevadas a un país desarrollado para ser prostituidas. La serie de Netflix Sky Rojo es un buen ejemplo de esta narrativa. Le roba la voz a las trabajadoras sexuales que intentan hablar por sí mismas a través de sus propias organizaciones. La realidad es mucho más compleja y en gran parte desconocida. Casi no existen estudios sobre el porcentaje de prostitutas que son traficadas sexualmente, probablemente porque son suprimidos para que no revelen verdades inconvenientes. El único estudio que pude encontrar fue el de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que muestra que alrededor del 20% de las prostitutas en Europa podrían ser consideradas víctimas de explotación. Pero incluso ese 20% no son las esclavas sexuales que se les supone ser. La realidad subyacente es la de millones de mujeres en países pobres que viven en condiciones tan inseguras y miserables que harían cualquier cosa por emigrar a Europa o Estados Unidos. Una vez aquí, algunas recurren a la prostitución para sobrevivir o para pagar las deudas contraídas para entrar ilegalmente en el país. Claro que hay trata de personas, pero en vez de mujeres secuestradas, se trata de gente dispuesta a gastar todos sus recursos y arriesgar su vida para llegar a nuestros países ricos. Y claro que existe la explotación de la mujer, pero no se limita al sexo. Las mujeres inmigrantes trabajan en condiciones infrahumanas en la industria de la confección, como criadas, limpiadoras, etc. El trabajo sexual sólo resulta diferente en la visión puritana de que existe algo sagrado en el sexo. Deberíamos preocuparnos más por el sistema mundial de injusticia económica que por la narrativa titilante del tráfico sexual. En cualquier caso, la mejor forma de evitar la explotación sexual es despenalizar el trabajo sexual. Esto daría a estas mujeres la misma protección que a cualquier otro trabajador. También ayudaría a identificar y proteger a quienes lo hacen de forma involuntaria. El mayor éxito del feminismo radical contra la prostitución está en el Modelo Nórdico, llamado así porque fue adoptado inicialmente en Suecia, Noruega e Islandia. Más tarde fue recogido por Canadá, Francia, Irlanda e Israel. Consiste en la criminalización de los clientes y no de las propias trabajadoras sexuales. Amnistía Internacional se opone a él. Se considera que este modelo ha tenido éxito porque ha producido una disminución de la prostitución en estos países. Pero, en ese sentido, no es diferente a la prohibición normal como la de los EEUU. Las trabajadoras sexuales argumentan que con este modelo aún se las persigue y se las obliga a realizar actividades de alto riesgo. De forma similar, las leyes SESTA/FOSTA aprobadas en 2018 en los EEUU redujeron sustancialmente la seguridad de las trabajadoras sexuales, al eliminar las formas en que podían contratar a sus clientes por la internet. Hoy en día, las prostitutas se han organizado en muchos países para combatir la actitud paternalista de las feministas radicales. En años posteriores han aparecido muchas formas nuevas de trabajo sexual: escorts, sugar babys, dominatrices profesionales y dominación financiera. Ya no está claro lo que es prostitución y lo que no lo es. La guerra contra las mujeres trans Detrás de todas estas ideas anti-sexo, hay un trasfondo de desprecio por la sexualidad masculina, incluso de odio hacia los hombres. La sexualidad masculina se considera inherentemente dominante y violenta y, por lo tanto, dañina para las mujeres. También hay una pizca de la idea conservadora de que la sexualidad de los hombres debe ser confinada al matrimonio. Cuando la transexualidad pasó a primer plano en la década de 2000, un grupo de feministas radicales declaró que las personas que hacían la transición de hombre a mujer no eran mujeres. Querían excluirlas de los espacios de las mujeres y negarles los beneficios de la legislación sobre los derechos de las personas transgénero. La bloguera Viv Smythe popularizó el término Feminismo Radical Exclusivo de las Trans (TERF), que ha ganado una amplia aceptación. En 2020, el Partido Feminista de España, una organización feminista radical, fue expulsado de Unidas Podemos (que ahora gobierna con los socialistas) por su ideología TERF. La contraofensiva: el nacimiento del Feminismo Sexo-Positivo La oposición al Feminismo Radical comenzó a fines de la década de los 70s y principios de la de los 80s en la costa oeste de los Estados Unidos. La periodista feminista Ellen Willis fue una de las primeras en denunciarlo por su puritanismo, autoritarismo y el ser una amenaza a la libertad de expresión. La polémica se extendió rápidamente. Sin embargo, el Feminismo Radical logró una importante victoria en octubre de 1980. La National Organization for Women (NOW, la organización feminista más importante de EEUU) adoptó su ideología al declarar que los 'Cuatro Grandes' — pedofilia, pornografía, sadomasoquismo y sexo en público— son actos de explotación, violencia, e invasión de la privacidad. Sin embargo, los sadomasoquistas se habían estado organizando. La Sociedad Eulenspiegel de Nueva York apareció en 1971 y la Sociedad de Janus de San Francisco en 1974. Samois era un grupo de lesbianas BDSM que se escindió de la Sociedad de Janus. Incluía al famoso escritor Patrick Califia (entonces Pat Califia). Un grupo de feministas radicales de San Francisco, “Women Against Violence in Pornography and Media” (WAVPM), atacó a Samois y organizó piquetes en su contra. Las lesbianas de Samois no se acobardaron y comenzaron las primeras batallas de la Guerra del Sexo. Durante los años 80, aparecieron nuevas organizaciones BDSM en las principales ciudades estadounidenses: Black Rose en Washington, DC, Threshold en Los Ángeles, y People Exchange Power en Houston. Fue una lucha larga y difícil, que se prolongó durante los años 80s y persiste hasta hoy en día. Las feministas radicales disfrutaron del respaldo de NOW y del apoyo de los departamentos feministas de muchas universidades estadounidenses. Sin embargo, las feministas sexo-positivas tuvieron más éxito en comunicarse con el público en general. Su mensaje estaba más en sintonía con el espíritu estadounidense de libertad. Feministas sexo-positivas como Carol Queen, Susie Bright, Judith Levine y Patrick Califia escribieron libros divertidos y populares, llenos de anécdotas sexys, mientras que los libros de las feministas radicales eran aburridas diatribas en jerga posmoderna. Tiendas como Good Vibrations popularizaron los juguetes sexuales para mujeres. Hoy en día, podcasts como Savage Lovecast promueven una cultura sexo-positiva por todo el mundo. ¿Acabará alguna vez la Guerra del Sexo? La mayoría de los jóvenes de hoy nunca han oído hablar de la Guerra del Sexo y la lucha entre el Feminismo Radical y el Feminismo Sexo-Positivo. Ambos tipos de feminismo comparten muchos objetivos (anticoncepción, derecho al aborto, protección de las mujeres contra la violencia, leyes laborales justas), pero sus diferencias en cuestiones de sexo son tan profundas que bien podríamos hablar de dos feminismos diferentes. Mucha gente apoya a uno mientras se opone rotundamente al otro. Aunque la cultura sexo positiva apareció dentro del feminismo, ahora se ha convertido en un movimiento propio al unirse a movimientos LGTB, organizaciones BDSM y otras formas de sexualidad alternativa. Muchas personas dentro de estos movimientos no pueden coexistir con las feministas radicales. El feminismo radical se está volviendo cada vez más impopular, pero aún avanza en sus objetivos disfrazándose de feminismo normal. Las feministas radicales están en posiciones de poder: en los medios de comunicación, como profesoras de estudios feministas en las universidades, como funcionarias de alto rango en el gobierno. Por ejemplo, en 2018, las trabajadoras sexuales en España intentaron sindicalizarse para defender sus derechos, formando el sindicato OTRAS. El sindicato fue declarado ilegal por Magdalena Valerio, ministra de Trabajo del gobierno interino socialista. Las socialistas españolas del PSOE —actualmente en el poder— han adoptado la ideología 'abolicionista' del Feminismo Radical, que propone la prohibición del trabajo sexual. Las feministas a menudo barren la alfombra sus diferencias con las feministas radicales, lo que obstaculiza el progreso en asuntos sexo positivos. Para evitar la confrontación, se forjan posiciones intermedias. Por ejemplo, se pretende que hay buenos y malos tipos de pornografía. En el coito, ignoran la multiplicidad de orgasmos femeninos y defienden la supremacía del clítoris. Las trabajadoras sexuales son perseguidas por la ley. Las mujeres trans son marginadas. Las feministas radicales no están suavizando su posición, la están endureciendo. Durante un tiempo, su odio por los hombres se mantuvo encubierto como un vago desprecio por la sexualidad masculina. Pero ahora está saliendo a la superficie. Ya no evitan el discurso de odio, como decir que "los hombres son basura" o incluso declarar abiertamente que odian a los hombres. Esperemos que la Guerra del Sexo no se conviertan en una Guerra de los Sexos. Mientras tanto, los conservadores se ríen de la división entre los progresistas y preparan la Segunda Venida de Trump atrayendo el voto delos hombres que no soportan ser despreciados por el Feminismo Radical. El feminismo nunca se trató de que las mujeres lucharan contra hombres, y mucho menos de odiar a los hombres. Se trataba de progresistas, mujeres y hombres, luchando contra el patriarcado. El patriarcado no son los hombres. Es “un sistema social en el que los hombres ostentan el poder primario y predominan en roles de liderazgo político, autoridad moral, privilegio social y control de la propiedad” (Wikipedia). Aunque ese sistema oprime principalmente a las mujeres, a la larga tampoco beneficia a los hombres. Cuando empezamos a identificar el patriarcado con los hombres, los valores fundamentales del feminismo se pierden. En una guerra de la mitad de la humanidad contra la otra mitad, no puede haber ganadores.
- El arte del spanking
Las azotainas entretejen una trama erótica usando las posturas, los tipos de azotes, su cadencia y los rituales ¿Qué es lo que nos gusta de una azotaina? Si te gustan las azotainas, tienes compañía. A la mayoría de la gente les gustan. Un estudio reciente (Herbenick et al., 2020) mostró que el 77 % de los hombres y el 54 % de las mujeres habían azotado a alguien, y el 46 % de los hombres y el 66 % de las mujeres habían recibido azotainas. Por supuesto, las azotainas se dan en cualquier combinación de géneros de los participantes. Por motivos de claridad, aquí he asumido que el azotador es hombre y la azotada mujer. Las estadísticas del párrafo anterior indican que este caso es algo más común. Aunque uso el anglicismo 'spanking' como sinónimo de azotaina, por ser de uso frecuente, evito usar las palabras 'spanker' y 'spankee' al ser más de argot, incluso en inglés. A la gente le gusta el spanking por distintas razones, que suelen incluir algunas de estas cosas: Dolor erótico. Una azotaina no tiene por qué ser dolorosa. La mayoría causan sólo un dolor leve. Sin embargo, para muchas personas la calidad y la intensidad del dolor son partes esenciales de un spanking. Contacto físico. Además del dolor, una azotaina conlleva sensaciones y contacto entre el azotador y la azotada. El culo es una zona erógena y objeto del deseo sexual. La azotaina lo convierte en el foco de la atención de ambos participantes. Vulnerabilidad. Entre los motivos psicológicos que hacen que gusten los azotes se encuentra la sensación de vulnerabilidad causada por exponer una parte tan íntima del cuerpo al toqueteo y la infliction de dolor por el azotador. Humillación. Las varias posiciones en las que se da un spanking suelen resultar humillantes. La azotada está inmovilizada o constreñida a no moverse, lo que la hace sentirse indefensa. Enseñar el culo es íntimo y erótico. Los gemidos, el llanto y el debatirse bajo los azotes aumentarán aún más esa humillación. Sumisión. Para algunas parejas, las azotainas suponen el empezar a explorar el intercambio de poder, ya que colocan al azotador en una indiscutible posición de poder. El poder desnudar, avergonzar, infantilizar y pegarle a otra persona son formas tangibles de dominación. Infantilización. El hecho de que la azotaina sea tradicionalmente un castigo para niños es un elemento que no se puede descartar, por más que a algunas personas les resulte molesto. Otros optan por lo contrario, usando el spanking como parte de juegos de edad. En este artículo me refiero a las azotainas como juego erótico y no como castigo corporal. Estoy completamente en contra de pegarle a los niños. Castigo. Si bien algunas parejas pasan por alto el hecho de que el spanking es una forma tradicional de castigo, para otras esto es un elemento fundamental. Posturas para un spanking De pie. Tanto el azotador como la azotada están de pie. Normalmente se usa para una dar una rápida azotaina improvisada. Bajo del brazo. También se usa para spankings cortos e improvisados. El azotador se queda de pie y obliga a la azotada a inclinarse, sujetándola bajo un brazo mientras le pega en el culo con la otra mano. Funciona bien cuando el azotador es fuerte y la azotada ligera, en cuyo caso se puede incluso levantarla del suelo, aumentando así su vulnerabilidad. Reclinada sobre un mueble. La azotada se reclina sobre una mesa, un escritorio, una cama, el respaldo de un sillón, etc. Ponerle una mano en la cintura puede servir para inmovilizarla en esta posición. Sobre el regazo. El azotador se sienta y pone a la azotada boca abajo sobre su regazo. Esta es la posición de spanking más tradicional, pero sólo funciona bien si el azotador es grande y la azotada ligera. Sobre las rodillas. Ésta es una buena alternativa a la posición sobre el regazo si la azotada es grande. En lugar de sentarse en una silla, el azotador se sienta en el suelo o en la cama, preferiblemente con apoyo para la espalda. Luego, la azotada se echa sobre sus piernas, con la mayor parte del peso sobre el suelo o la cama. A horcajadas sobre un muslo. El azotador se sienta en una silla o un sillón. La azotada se coloca frente a él, a horcajadas sobre uno de sus muslos y apoyada en su hombro o el respaldo. Esta posición abre la raja del culo y ejerce presión sobre los genitales, algo que a las mujeres les puede dar placer y a los hombres les puede resultar molesto. Bloqueo de piernas. Aquí el objetivo es inmovilizar a la azotada para aumentar su vulnerabilidad y minimizar sus movimientos. Sentado en una silla, el azotador coloca a la azotada entre sus piernas y la inclina sobre uno de sus muslos. Una alternativa es empezar con la posición a horcajadas sobre el muslo. Luego el azotador bloquea con una pierna la pierna de la azotada que tiene entre los muslos. Tijeras de piernas. En una superficie plana, como el suelo o la cama, la azotada se coloca sobre el regazo del azotador. Luego el azotador atrapa la pierna de la azotada que está más lejos de él bajo la pierna más cercana a los pies de ella. Esto le abre las piernas a la azotada al mismo tiempo que la inmoviliza. Esta posición se puede hacer de tal forma que las entrepiernas de los participantes estén en contacto, lo que la vuelve muy erótica. A horcajadas sobre la azotada. La mejor manera de inmovilizar a la azotada es sentarse a horcajadas sobre su cintura, mirando hacia sus pies. Así el culo puede ser golpeado como un tambor. El problema es que si el azotador es pesado puede hacerle daño en la espalda. Esto se puede resolver encontrando formas de no poner todo el peso sobre ella; por ejemplo, con el azotador de rodillas o en pie. Postura del pañal. A diferencia de otras posiciones, la azotada se acuesta bocarriba. El azotador le levanta las piernas para exponerle el culo. Para liberar sus dos manos, el azotador puede colocarse los tobillos de la azotada sobre un hombro. Una ventaja de esta posición es que el azotador puede verle la cara a la azotada para estudiar sus reacciones. Esta postura estira la piel del trasero y de la parte superior de los muslos, aumentando el dolor y la vulnerabilidad. Si se sigue empujando las piernas hacia la cabeza, se abrirá la raja del culo y se expondrá el coño. Postura de la carretilla. El azotador se sienta en un sillón, sofá o cama, y la azotada se sienta en su regazo de espaldas a él. A continuación, la azotada se va inclinando hacia adelante hasta quedar bocabajo con la cabeza en el suelo. De esta forma, sus caderas quedan atrapadas entre los muslos del azotador y sus piernas bajo sus brazos. El trasero de la azotada queda en el regazo del azotado, listo para ser golpeado como un tambor. Esta posición puede ser un poco difícil de adoptar, pero proporciona una gran vulnerabilidad y humillación. El dolor de las azotainas: ¿punzante o sordo? En sentido estricto, una azotaina consiste en golpear las nalgas con la mano, y no con una pala, un cinturón, una vara o cualquier otro implemento. Esto reduce la cantidad de dolor que se administra, dadas las limitaciones de la mano del azotador. El dolor en el culo puede ser de dos cualidades distintas. Un dolor punzante se produce por la compresión del aire sobre la piel. Se siente como un aguijonazo y picazón, y deja calor y cosquilleo en la piel. Un dolor sordo se produce por un impacto más contundente que afecta a capas más profundas de la piel y al músculo. Es un dolor más pesado que no deja calor en la piel. Un latigazo sería un ejemplo extremo de dolor punzante, mientras que una patada en el culo produce dolor sordo. Yo suponía que la cualidad erótica de una azotaina se debía a que produce un dolor punzante. Sin embargo, luego he conocido a muchas personas que prefieren el dolor sordo, y les gusta recibir puñetazos o incluso patadas en el trasero. Sin embargo, el spanking no es una buena forma de infligir dolor sordo. De todas formas, las personas que lo prefieren pueden disfrutar al ser azotadas con la mano rígida, dando golpes de refilón o recibiendo un ocasional puñetazo en la nalgas. Las siguientes recomendaciones son para dar una azotaina con dolor punzante. Cómo usar las manos para dar una azotaina Para maximizar el dolor punzante y el posterior calorcito en la piel, es mejor impactar la piel con toda la superficie de la mano, atrapando así la máxima cantidad de aire entre la palma de la mano y el culo. Se deben mantener los dedos juntos y ahuecar la mano para que coincida con la curvatura de la nalga. Es mejor relajar la muñeca para que la mano caiga lacia sobre el trasero, en lugar de golpearlo como si fuera un pala rígida. Pegar desde una distancia corta permite un mejor control y no produce demasiado dolor. Levantar la mano en el aire le permite ganar más velocidad y recoger la inercia del brazo, por lo que el golpe tendrá más fuerza. Sin embargo, esto nos deja menos control sobre el sitio y la forma con que golpeará la mano. Normalmente se pega perpendicularmente a la piel del culo. Pero a algunas personas les gustan los azotes de refilón porque proporcionan un dolor más sordo. Topografía del culo La parte del trasero a golpear también es importante en el arte del spanking. Un spanking de calidad consistirá en azotar diferentes partes de culo con distintas frecuencias y fuerza, dependiendo de las preferencias de la azotada y del efecto que se quiera lograr. Éstas son las partes del culo a tener en cuenta: La cúspide es la parte más prominente de las nalgas; su área de máxima curvatura. La raja separa las dos nalgas y oculta el ano. El pliegue es la arruga que separa las nalgas de los muslos. Algunos traseros tienen dos o incluso tres pliegues. Las asentaderas son el área que queda entre la cúspide y el pliegue. Entran en contacto con la silla cuando nos sentamos. Los lados de las nalgas están a la izquierda y derecha de la cúspide. Los nalgas superiores están encima de la cúspide, hacia las caderas. La parte superior del muslo no forma parte del culo propiamente dicho, pero a menudo se azota también en un spanking. En líneas generales, un spanking se da en las asentaderas y la cúspide. Pegar en las asentaderas le dejará un buen recordatorio a la azotada cuando se siente. Y tanto ella como el azotador podrán sentir el calorcito en esa zona si follan estilo perrita. Los azotes destinados a las asentaderas a menudo aterrizan en el pliegue y la parte superior del muslo, lo que también es erótico. Pero hay que tener en cuenta que los muslos son más sensibles al dolor que las nalgas, y también más frágiles porque su músculo es más tenso y denso que los glúteos. Los lados y la parte superior de las nalgas son más sensibles al dolor y tienen menor carga erótica. A menudo se los excluye de la azotaina, pero se pueden dar algunos azotes allí para trabajar el culo al completo. La raja del culo es extremadamente íntima y sensible, por lo que pegar allí se reserva para las masoquistas extremas. Pegar en el ano es muy doloroso y debe hacerse con cuidado, porque está recubierto de mucosa, la misma piel delgada que se encuentra en el interior de la boca o en los labios internos del coño. Para azotar su raja habrá que colocar a la azotada en una posición que se la abra, como a horcajadas sobre el muslo, la postura del pañal o la postura de la carretilla. Otras partes del cuerpo, como la parte interior de los muslos, las pantorrillas, las plantas de los pies, y le coño, también pueden ser azotadas, pero eso no es un spanking propiamente dicho. Cadencia Otra parte importante de un spanking es el ritmo con el que se dan los azotes. Hay varias posibilidades e innumerables combinaciones. Un ritmo regular deja que la azotada sepa cuándo viene el siguiente azote. Una azotaina fuerte y regular mantenida durante bastante tiempo crea una sensación de inevitabilidad e indefensión. Si es menos fuerte, una azotaina uniforme le permite a la azotada abandonarse a sus sensaciones y fantasías, lo que la podrá llevar a excitarse sexualmente y al espacio de sumisión. Un ritmo desigual, especialmente si se combina con azotes de diferente fuerza, mantiene a la azotada nerviosa, obligándola a prestar atención al azotador. Evita que vaya a perderse en fantasías. Cuando se dan azotes muy rápidos, el dolor se acumula y se transforma en una sensación continua. Sin embargo, si los azotes no son fuertes, esto proporciona una estimulación erótica del culo que puede resultar juguetona, incluso divertida. Una azotaina lenta y fuerte permite a la azotada recuperarse del dolor de cada azote y empezar a anticipar el siguiente. Combinar esto con levantar la mano en alto sirve para transmitir un mensaje de poder, dominación y castigo. Una ráfaga de azotes rápidos y fuertes es buena cuando queremos obtener una respuesta de la azotada. Se suele interrumpir la azotaina para acariciar suavemente el culo. Esto permite que la azotada descanse del dolor y vuelva a conectarse emocionalmente con el azotador. Unas palabras amables también ayudan. Éste es un buen momento para preguntarle a la azotada si está bien, ya que en la mayoría de las posturas azotador no podrá verle la cara. Mientras tanto, el azotador podrá disfrutar de la suavidad y el calor de la piel. Sin embargo, interrumpir un spanking cuando la azotada está inmersa en una fantasía, especialmente si es un castigo o un juego de poder, puede arruinar la sesión. Estructura, tema y ritual Estructura se refiere a lo que sucede durante una azotaina, desde el principio al fin. Lo mejor es empezar con un calentamiento, dando azotes suaves lentamente. Luego iremos aumentando su fuerza y su cadencia hasta llegar a un punto culminante. Terminaremos dando caricias y azotes ligeros. Después del spanking hay que dar cuidados posteriores y, si se desea, sexo. Pero hacerlo bien de verdad pude ser un pelín más complicado. Un spanking sofisticado gira alrededor de una historia, de un tema, que se manifiesta en un determinado ritual. Un tema puede ser un castigo o castigo simulado en el que los azotes se entremezclan con regañinas, y que no termina hasta que la azotada promete enmendarse. O puede consistir en sojuzgar a una mocosa contestona y que se rebela hasta que el dolor la obliga a ser obediente. O puede ser un spanking de lucha libre, en la que ella deberá ser dominada e inmovilizada antes de ser azotada. Y podrá escaparse y necesitar ser recapturada. O pude tratarse de un spanking puramente erótico, en el que se habla de lo mucho que le está gustando a la azotada. Un ritual que suele formar parte de todo spanking es el de desnudar el culo. Se suele empezar pegando sobre la ropa, lo que garantiza que los primeros azotes no sean demasiado dolorosos. Después de este periodo de calentamiento, cuando la tensión sexual empieza a aumentar, se bajan los pantalones o se sube la falda. Los cachetes se siguen dando sobre las bragas, que finalmente se bajan para anunciar la culminación de la azotaina. El quitar la ropa también se puede usarse como amenaza para aumentar el drama de la situación. Una azotaina es una forma de comunicación en la que tanto la azotador como la azotada juegan un papel activo, cada uno en su propio rol. Esta comunicación puede ser parcialmente verbal, pero sobre todo se trata de que la azotador transmita un mensaje continuo usando la fuerza de los cachetes, su cadencia y las partes del culo que golpea. La azotada responderá con gemidos, pataletas, llanto, apretando y relajando las nalgas, crispando los dedos de los pies y otras señales no verbales. La pericia clave de un buen azotador se manifiesta en saber leer estas señales para empatizar con lo que siente la azotada. Esto aumenta su placer y al mismo tiempo le permite introducir cambios en el spanking para el disfrute de la azotada. El calorcito que deja una azotaina en el culo En mi opinión, uno de los aspectos más eróticos de una azotaina el que deje es ese culo al rojo vivo en el que no es fácil sentarse. Científicamente hablando, se trata de una inflamación, caracterizada desde la antigüedad como “calor, dolor, rubor y tumor” - calor, dolor, enrojecimiento e hinchazón. El calorcito, el escozor y el enrojecimiento pueden durar desde unos pocos minutos hasta un día o dos, dependiendo de la fuerza de los azotes y la fisiología de la azotada. Todo esto les suele gustar a la aficionadas al spanking y a también los azotares. Hace que follar por detrás sea más excitantes. El calor posterior se puede aumentar considerablemente frotando el culo con pimientos picantes (capsaicina) después de una azotaina. Cuidados posteriores Una parte esencial de cualquier sesión de BDSM son los cuidados posteriores. Consisten en reconfortar y extraer a la sumisa del estado de dolor, vulnerabilidad y excitación alcanzado en la sesión. El dominante también puede necesitar cuidados posteriores para bajar de su propio subidón, restablecer la conexión emocional y mitigar posibles sentimientos de culpa. Incluso si no consideras que el spanking es BDSM, deberías brindar cuidados posteriores. Si el tema de la azotaina fue el castigo, hace falta aclarar que la deuda ha sido pagada, en el caso de un castigo real, o que todo fue una fantasía, si el castigo fue simulado. Si el tema fue la dominación, hará falta restablecer roles de igualdad. Todo debe girar en torno a la ternura y la comunicación. Si el spanking se dio como juegos preliminares al sexo, eso es lo que vamos a hacer. Los cuidados posteriores puede esperar. Seguridad y precauciones Una azotaina siempre debe ser consentida y la azotada debe poder retirar su consentimiento en cualquier momento. Lo mejor es darle a la azotada una palabra de seguridad para que pueda interrumpir el spanking. Si se hace correctamente, un spanking es actividad segura. Pero, claro, siempre hay alguien que consigue estropear las cosas. Un spanking es pegar en el culo. Si te desvías de esa zona acolchada te puedes meter en problemas. Es peligroso golpear las caderas, el sacro o la zona lumbar. Estas áreas no tienen mucho músculo o grasa, por lo que puedes pegar sobre hueso. Impactos en los riñones, situados en la zona lumbar, pueden ser extremadamente peligrosos. Esta zona también tiene nervios importantes, como el nervio ciático. Golpear el ano con demasiada fuerza puede hacer sangre anal o causar fisuras anales, lo que puede llegar a requerir atención médica. Hay a quien le preocupan por los moratones, porque quien los vea puede saber que han recibido una azotaina. Por otro lado, a muchas sumisas les gustan sus moratones y van por ahí enseñándolos con orgullo. Los moratones varían mucho de una azotada a otra. Los moratones amarillos y azules ocurren cuando los capilares de la piel se rompen o filtran glóbulos rojos a la dermis. La hemoglobina, la proteína roja a cargo de transportar oxígeno en los eritrocitos, a continuación se va degradando, produciendo varias sustancias de diferentes colores. Por eso los moratones cambian de color. Los moratones pueden tardar una semana o más en desaparecer, que es el tiempo que tardan esas sustancias de colores en terminar de degradarse y eliminarse. A menos que haya una hemorragia interna importante, lo cual es muy improbable que se produzca dando cachetes a un trasero sano, este proceso no es particularmente peligroso. Una cuestión de seguridad que a menudo se pasa por alto concierne a las manos del azotador, quien puede desarrollar tendinitis en la mano, la muñeca o el codo después de dar una fuerte azotaina. Apenas hay advertencia de que esto va a ocurrir. Frecuentemente, la tendinitis aparece uno o dos días después de dar el spanking y puede durar varios días. El dolor se puede eliminar con ibuprofeno. Mientras que el culo tiene toda ese acolchado de grasa y músculo para absorber el impacto, la mano y la muñeca están formadas por huesos, ligamentos y nervios empaquetados en un espacio reducido. Las leyes de la física dictan que la fuerza del impacto se distribuya por igual entre el culo y la mano. Por esa razón, que cuando una sumisa requiere niveles más altos de dolor, no nos queda más remedio que recurrir a implementos como correas, palas o varas. Pero entonces ya habremos entrado en el territorio del BDSM propiamente dicho. Copyright 2022 Hermes Solenzol.
- Úsalo o piérdelo - el sexo cuando los hombres envejecen
Practicar el sexo cuando envejeces te mantiene saludable y te ayuda a disfrutar de la vida El pasado mes de enero pasado, en mi cumpleaños, puse la canción de Los Beatles When I'm Sixty-Four. La he venido escuchando desde que tenía 14 años, preguntándome cómo sería yo cuando finalmente llegase a esa edad. Ahora, cincuenta años después, creo que sorprendería a mi antiguo yo si pudiera ver en lo que me he convertido. Todavía practico buceo libre, como lo hacía cuando era adolescente, aunque prefiero ir a lo seguro y bucear con botellas. Esquío en pistas negras. Me hago vías de escalada de primero. Me acabo de jubilar de mi carrera científica y estoy comenzando una nueva como escritor. Nada de eso está en la canción de los Beatles. Sí, arranco las malas hierbas de mi jardín de vez en cuando, pero no tengo nietos sentados en mis rodillas. ¿Quién podía pedir más? Sigo siendo sexual. De eso es de lo que quiero hablar en este artículo, con la esperanza de que pueda ayudar a otros hombres que también envejecen. Las mujeres envejecen de manera diferente a los hombres, especialmente en lo que respecta al sexo. Pasan por la menopausia. Es un tema que abordo en otro artículo. La testosterona te mantiene saludable Hay quien habla de la andropausia, el equivalente masculino de la menopausia, pero los cambios en la sexualidad con la edad en los hombres no son comparables con los de las mujeres. Mientras que la menopausia es un cambio drástico en las hormonas femeninas que se produce en un par de años, los hombres experimentan una disminución gradual de la testosterona. En los 90 se puso de moda en círculos políticamente correctos decir que la testosterona es un veneno, una forma solapada de denigrar a los hombres. El razonamiento era que, como la testosterona promueve la agresión, es culpable de la violencia de los hombres y del abuso de las mujeres. Sin embargo, este artículo científico (Albert et al., 1993) sostiene que, a diferencia de lo que ocurre en otros mamíferos, la agresividad de los humanos es una "agresión defensiva", que aparece en ambos sexos y todas las edades, y por lo tanto independiente de la testosterona. Afortunadamente, llamar veneno a la testosterona parece haber pasado de moda últimamente. En realidad, la testosterona es esencial para la salud de los hombres, tanto física como mental. A medida que envejecemos nos ayuda a mantener la densidad ósea, la masa muscular, la fuerza y la movilidad (Rodrigues Dos Santos y Bhasin, 2021; Snyder et al., 2018). También tiene efectos en el cerebro: cuando nos falta, podemos perder la motivación e incluso nos deprimimos. Y, por supuesto, la testosterona es lo que mantiene vivo nuestro deseo sexual. A medida que disminuye nuestra testosterona con la edad, sentimos menos atracción por las mujeres (o los hombres, si eres gay) y menos deseo de tener relaciones sexuales. También tenemos menos erecciones espontáneas, que son más débiles y duran menos. Teniendo en cuenta todo eso, se puede pensar la solución sería ponerse inyecciones de testosterona. Sin embargo, los médicos son reacios a hacer esto por temor a que la testosterona aumente el riesgo de enfermedades cardiovasculares y el cáncer de próstata. Uno de los estudios (Snyder et al., 2018) que documentó los beneficios de la testosterona en una amplia muestra (788 hombres) de hombres mayores (~ 72 años), también detectó un aumento de placas en la arteria coronaria. Sin embargo, la relación con el cáncer de próstata es mucho más endeble. Otro artículo científico (Slater and Oliver, 2000) mostró que la correlación entre la testosterona y el cáncer de próstata es indirecta: se debe a que los hombres con niveles altos de testosterona tienden a ser más activos sexualmente y contraen más enfermedades de transmisión sexual, que son una causa directa del cáncer de próstata. Por lo tanto, a menos que tus niveles de testosterona sean patológicamente bajos, es mejor evitar las inyecciones de testosterona. Cultivar el deseo Por si acaso, es mejor mantener niveles saludables de testosterona por medios naturales. Esto incluiría los consejos habituales para una buena salud: evitar el sobrepeso, dormir bien, reducir el estrés y hacer ejercicio regularmente. Tener relaciones sexuales y masturbarse contribuye en buena medida a mantener los niveles de testosterona y prolongar tu vida sexual. Puede que algunos no estén de acuerdo. Muchos hemos tenido la experiencia de estar sin sexo, incluso sin masturbarnos, durante varios días, y vimos que eso aumenta nuestro deseo sexual. ¿No significa esto que nuestra testosterona también aumenta? Un estudio científico (Kraemer et al., 1976) en un grupo de 20 hombres jóvenes (20-28 años), les hizo llevar un diario de su actividad sexual durante dos meses y dar muestras de sangre cada dos días para medir sus niveles de testosterona. Encontraron que la testosterona aumentaba cada vez que tenían relaciones sexuales. Además, los niveles de testosterona cayeron después de tres días de abstinencia sexual, lo que indica que la abstinencia sexual reduce la testosterona. Otro estudio (Jannini et al., 1999) examinó a 83 hombres que estaban siendo tratados por impotencia sexual con medicamentos, terapia psicológica o terapia mecánica. Los que lograron una mayor actividad sexual tenían niveles más elevados de testosterona, pero no los que permanecieron impotentes. Teniendo todo esto en cuenta, podemos concluir que mantenerse activo sexualmente cuando se envejece no solo mantiene vivo el deseo sexual, sino que también mejora la salud física y mental al hacer que el cuerpo produzca más testosterona. El sexo también libera otras hormonas y neurotransmisores que mantienen nuestra salud, como la oxitocina, la adrenalina y las endorfinas. Como digo en el mi título, en lo referente al sexo al envejecer, o se usa, o se pierde. No eres un viejo verde El problema que tienen muchos hombres heterosexuales al envejecer es que sus esposas o amantes pierden el deseo sexual cuando pasan la menopausia. Esto no les pasa a todas las mujeres, por supuesto. Para muchas el deseo sexual sigue igual o incluso aumenta después de la menopausia. Pero cuando sucede lo contrario, puede ser un problema. Tu esposa tiene todo el derecho a volverse asexual, pero eso no significa que también tengas que hacerlo tú. No es sólo que tu vida sexual tiene un enorme valor por sí misma, sino que puede ser esencial para mantenerte saludable y ayudarte a combatir el envejecimiento. ¿Quizás es el momento de considerar la no-monogamia? "¡Pero yo soy demasiado mayor para eso!" puedes pensar. Después de muchas décadas en una relación monógama, ¿cómo vas a volver a ligar? Bueno, sí, puede requerir algo de trabajo, negociar con tu esposa y cambiar de actitud, pero se puede hacer. Yo lo hice, aunque tengo que admitir que fue después de varios años de experiencia con el poliamor. Lo primero que debes hacer es luchar contra la discriminación por edad de nuestra sociedad, que te dice que los hombres mayores no deben tener deseos sexuales, y menos aún salir con mujeres jóvenes. Eso los convierte en viejos verdes que se dedican a explotar a las mujeres para satisfacer su deseos enfermizos. Porque a las mujeres sólo les gustan los hombres jóvenes con abdominales marcados, ¿verdad? ¿Qué te hace pensar que querrían tener sexo con alguien como tú? ¿Acaso no te has mirado al espejo? ¡Por favor, no caigas en esa trampa! Tienes mucho que ofrecer a las mujeres. Como, por ejemplo, experiencia, empatía, sentido del humor, sabiduría y compasión. Si miras a tu alrededor, verás que muchos hombres jóvenes no son tan atractivos. Y muchos de ellos no saben cómo tratar a las mujeres. Si cuidas tu cuerpo comiendo bien y haciendo ejercicio -lo que deberías hacer de todos modos, si quieres evitar una muerte prematura-, puedes ser atractivo a pesar de tu edad. Y si ha aprendido a ser paciente, sabio y compasivo, eso puede ser precisamente lo que muchas mujeres están buscando. Pero evita tener una actitud explotadora. Estate preparado para aceptar un no por respuesta. Sé amable y seductor, pregúntale cortésmente y sigue adelante si te rechazan. Probablemente saldrás con mujeres mayores, con cuerpos que han soportado los mismos estragos del tiempo que el tuyo. Bríndales el mismo respeto y compasión que esperas que te den. Aprende que el sexo ocurre en un plano superior, más mental que físico, donde el placer, el humor y la conexión se pueden encontrar más allá de las meras apariencias físicas. Si no consigues ligar o prefieres seguir siendo monógamo, mastúrbate. Hazlo de forma intencionada, no mecánica, dedicándole tiempo, energía y atención. Tal vez sea el momento de pasar del pene a otras partes de tu cuerpo, como los pezones o la próstata. Los mejores orgasmos de tu vida pueden estar en tu futuro… ¿quién sabe? No tengas miedo de usar la pornografía para mantener vivo su deseo sexual. La tensión sexual que despierta también puede aumentar tu testosterona. Sin embargo, para mí la literatura erótica funciona mejor para encender el fuego de mi imaginación. ¿Quién teme al Viagra feroz? Otro extraño mito moderno es que las medicinas para tratar la disfunción eréctil son insalubres, ineficaces o políticamente incorrectas. Nada de eso es cierto. No tengo disfunción eréctil. Empecé a pensar en usar Viagra después de leer Master of O, una novela erótica BDSM de Ernest Greene. En él, un hombre dominante toma Viagra antes de una sesión sadomasoquista impresionar a su sumisa con una buena erección. La idea tenía su atractivo, así que le pedí una receta al médico. Los resultados me gustaron, y a mis amantes también. No es cierto que Viagra sea una droga sexista que solo beneficia a los hombres. Las mujeres heterosexuales a las que les gustan las pollas duras tienen muchas razones para cantar sus alabanzas. Ésta es la base científica. Viagra (sildenafil), Cialis (tadalafil) y Levitra (vardenafil) pertenecen a un grupo de medicamentos llamados inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (PDE5). La PDE5 es una enzima que elimina el GMP cíclico, un nucleótido que actúa como segundo mensajero dentro de las células. En los seres humanos, la erección del pene se mantiene mediante la sangre que llena el cuerpo cavernoso en el tallo del pene. Esto requiere GMP cíclico, por lo que cuando es degradado por PDE5 se pierde la erección. Por lo tanto, los inhibidores de PDE5 pueden aumentar la potencia y la duración de una erección. No tienen ningún efecto sobre el cerebro y, por lo tanto, no aumentan el deseo sexual. De hecho, los inhibidores de PDE5 no producen una erección sin un estímulo sexual. De todas formas, sentir que tu pene se pone duro como una piedra es un estímulo psicológico bastante efectivo, tanto para ti como para tus amantes. El efecto de los inhibidores de PDE5 se empieza a sentir a las dos horas. En mi experiencia, el efecto de Cialis dura dos días o incluso más. Estos medicamentos tienen efectos secundarios leves, pero pueden ser más graves en personas con enfermedades oculares o cardiovasculares, por lo que no deben tomarse sin consultar con un médico. Es mejor ceñirse a la dosis más baja que produce efecto. Los inhibidores de la PDE5 no producen dependencia, es decir, que no se vuelven necesarios para tener una erección. Todo lo contrario: al llenar repetidamente el cuerpo cavernoso hasta su máxima capacidad, pueden ayudar a evitar que el pene se encoja a medida que se envejece. Conclusión El envejecer es inevitable. Al final todos tenemos que aceptar nuestro declive irreversible. Sin embargo, como criaturas vivientes que somos, es una obligación luchar contra él hasta la muerte. Encuentro una cierta belleza en esa tensión entre la lucha y la aceptación. Me aferro a la vida, aunque sé que eso es inútil y que al final perderé. La vida es un proceso. La muerte es el único destino. ¿Y qué mejor manera de expresar el amor a la vida que con el sexo?
- Reflexiones sobre el ego
¿De dónde viene el ego? ¿Por qué es malo? ¿Es posible deshacerse de él? Una pregunta a mi maestro Zen Estábamos sentados en nuestros zafus mirando al centro del dojo, la sala de meditación, al lo contrario de lo que hacíamos cuando practicábamos zazen (meditación zen), en cuyo caso nos volvíamos hacia las paredes. A un extremo del dojo había un altar con una estatua de Buda, flores y varitas de incienso. En el otro extremo estaba sentado Dokusho, nuestro maestro zen. Estábamos en mondo: un período formal de preguntas y respuestas al maestro zen. Junté mis manos en gasho -el saludo formal-, hice una reverencia y me levanté de mi zafu. Caminé hacia el centro del dojo hasta quedar frente a Dokusho. Le hice una reverencia y me arrodillé para hacerle mi pregunta. -¿Cómo puedo deshacerme de mi ego? -No debes deshacerte de tu ego. Hace falta un ego fuerte para practicar Zen. De lo contrario, tu determinación se debilitará y dejarás de practicar. Me sorprendió su respuesta, pero eso es lo que pasa durante mondo. Las respuestas del maestro están destinadas a desafiar tus suposiciones, a obligarte a mirar las cosas desde otro punto de vista. Pero también me sentí aliviado. Ya no tenía que entender qué era el ego. Ya no tenía que dudar de mí mismo, preguntándome constantemente si tenía demasiado ego. Solo necesitaba ser fuerte y decidido, y seguir practicando Zen. Eso pasó hace muchos años, allá por los 80, en Madrid. Desde entonces, a menudo me he preguntado si Dokusho tenía razón. Como sucede a menudo en el zen, tenía razón y estaba equivocado al mismo tiempo. Vergüenza, orgullo y otras emociones sociales Eventualmente, dejé de practicar Zen y abandoné el budismo. Me había enseñado muchas cosas, pero ya no estaba de acuerdo con algunas de sus enseñanzas básicas. Pero esa es una historia para otra ocasión. Sin embargo, nunca abandoné mi afán por comprenderme a mí mismo, de trascender mis limitaciones. Simplemente me alejé de objetivos sublimes como alcanzar el Nirvana para dedicarme a cuestiones más mundanas, como dejar de sufrir, ayudar a los demás, comprenderme a mí mismo y reconciliarme con la muerte. Una de las cosas de las que me di cuenta fue lo sensible que soy a la vergüenza. A menudo tengo ataques de vergüenza. La más mínima metedura de pata me provoca una vergüenza paralizante y dolorosa. Mi mente recuerda una y otra vez lo sucedido en un bucle sin fin. También hay una vocecita en mi cabeza que dice, siempre en español, “¡qué estupidez!”, dándome con la sensación de que el estúpido soy yo. Esa voz solo habla español, cuando la mayor parte de mi diálogo interno es en inglés, lo que me indica que viene de mi infancia. Junté estas experiencias con una conversación que entreoí en un congreso del Mind and Life Institute, y tal vez con algunas cosas que he leído, para crear una teoría sobre el origen del Ego. Dice así… La vergüenza y el orgullo son dos emociones opuestas que la evolución desarrolló en los seres humanos para controlar nuestras interacciones sociales, maximizando la cooperación. Estoy convencido de que llevamos la vergüenza en los genes, ya que desencadena respuestas fisiológicas como sonrojarse y comportamientos universales como encorvarse, quedarse paralizado y retraerse. El orgullo también desencadena comportamientos universales como erguirse y pavonearse. La vergüenza nos castiga, no sólo cuando hacemos algo mal, sino también cuando no cumplimos con nuestro deber o cuando fracasamos al intentar hacer algo. Recíprocamente, el orgullo recompensa nuestros éxitos. También creo que nuestro cerebro está programado para que sean otras personas quienes despierten la vergüenza o el orgullo, sobre todo si son gente de nuestro entorno social. Podemos intentar deshacernos de nuestra vergüenza y aumentar nuestro orgullo, pero nos vemos incapaces de hacerlo porque estas emociones surgen automáticamente. Esto tiene sentido desde el punto de vista evolutivo. Si estas emociones evolucionaron para aumentar la cooperación, deberían ser controladas por otros, porque si fuéramos capaces de controlarlas perderían su poder para controlar nuestro comportamiento. Hay otras emociones sociales que colaboran con la vergüenza y el orgullo para controlar las interacciones sociales: La culpa nos sobreviene cuando dañamos a alguien o a nuestra comunidad. Se diferencia de la vergüenza en que no produce rubor. La desencadenan las malas acciones, no los fracasos. La indignación nos lleva a culpabilizar a otros. El desprecio provoca vergüenza en la persona a la que se dirige, produciendo su aislamiento social. El ridículo es otro desencadenante de la vergüenza. Cuando alguien actúa con orgullo sin merecerlo, se lo ridiculiza para "bajarle los humos". El humor acompaña al ridículo. Cuando la gente se ríe de ti, eso te avergüenza. El humor sirve para cohesionar al grupo que desprecia a alguien. Pero el humor también le ofrece una salida a la persona que está siendo ridiculizada, cuando acepta su disminución de estatus riéndose de sí misma. Cómo la vergüenza y el orgullo construyen el ego Desde el día en que nacemos, nos vemos sujetos al tira y afloja del orgullo y la vergüenza. Rabietas con nuestros padres, aprender a hacer nuestras necesidades, riñas en el jardín de infancia… todo eso nos enseña que para ser queridos no debemos defraudar a los demás. Pronto comenzamos a internalizar esas directrices. Aprendemos a sentirnos orgullosos y avergonzarnos de nosotros mismos. Así se crea el ego, como un núcleo de los memorias emocionales y hábitos emocionales de orgullo y vergüenza. La memoria emocional es un tipo de memoria que nos hace sentir una determinada emoción al recibir un determinado estímulo. A menudo sucede que algo activa una memoria emocional, pero no sabemos por qué porque hemos olvidado el evento que creó esa memoria emocional. La memoria emocional es muy persistente y difícil de controlar. Los hábitos emocionales son los que creamos al reaccionar con la misma emoción repetidamente. Si te permites enfadarte a la menor provocación, acabarás por convertirte en alguien permanentemente enojado. En cambio, si eliges ser paciente una y otra vez, la paciencia se volverá más fácil con el tiempo. Así mismo, la vergüenza y el orgullo generan vías neuronales en nuestro cerebro, de manera que cada vez más sucesos son interpretados a través de esas emociones. Dije antes que los desencadenantes de la vergüenza y el orgullo son externos, por lo que no podemos hacer que estas emociones aparezcan y desaparezcan a voluntad. La creación del ego no cambia esto, porque el ego es la internalización de todos aquellos que alguna vez nos hicieron sentir avergonzados u orgullosos. No somos nuestro ego. Nuestro ego no nos pertenece. Somos de nuestro ego. Es difícil escapar de un agujero negro Recientemente, tuve una visión de mi ego como un agujero negro. Era enorme, con una fuerza de gravedad tan fuerte que captura todo lo que entra en mi conciencia. Cada cosa que veo, cada sonido, cada sabor, cada olor, cada sentimiento, cada idea, es interpretada en base a su valor para el ego. Retuerce y deforma todo lo que entra en mi mente. Como un agujero negro, ni siquiera la luz puede escapar de él. Desde sus inicios en la infancia, el ego no para de crecer a lo largo de nuestra vida. Es la base de nuestros valores, porque juzgar es lo que mejor sabe hacer el ego. Nos convence de que no podemos vivir sin él. Cuando se siente amenazado nos dice que estamos en peligro, que nadie nos va a querer, que haremos cosas que nos avergüencen, que dejaremos de hacer lo que necesitamos para vivir y prosperar. Dokusho tenía razón en que necesitamos un ego fuerte para tener éxito en la vida. Si tenemos una carrera, necesitamos un ego fuerte que nos motive y nos dé la energía necesaria para trabajar duro y tener éxito. Cada vez que holgazaneamos, el ego saca su látigo de vergüenza para obligarnos a esforzarnos. Se alimenta de nuestro entorno laboral, absorbiendo cada elogio, cada diploma, cada aumento de sueldo… Pero también todas nuestras derrotas: el trabajo que perdimos, el amante que nos abandonó, las oposiciones que no ganamos, el artículo que nos rechazaron... Tanto el orgullo como la vergüenza alimentan al ego por igual. El ego utiliza estas emociones para construir la imagen de quiénes somos, y nos la enseña continuamente para aguijonearnos. ¿Por qué es malo el ego? El problema es que a menudo el ego acaba por controlar completamente nuestras vidas. Crece y crece hasta hacerse tan grande que ocupa toda nuestra conciencia. Debido a que la naturaleza del ego son el ansia - de éxito y alabanzas - y el miedo - al fracaso y los reproches -, el ego nos hace infelices. Su víctima es ese niño inocente que quería jugar. El adolescente que miraba el mundo con asombro y quería saber por el simple placer de saber. El joven que quería amar y ser amado. Las personas que tienen éxito a menudo son infelices porque el éxito ha creado un ego tan fuerte que se han convertido en sus esclavos y no pueden liberarse de él. Pagaron un alto precio por su éxito: un ego insaciable que se ha apoderado de toda su vida, sin dejarles espacio para respirar. El ego nos hace vivir vidas falsas porque establece metas en función de lo que esperan de nosotros los demás y la sociedad, en lugar de lo que realmente necesitamos. Crea espejismos y los imbuye de ansiedad para hacernos perseguirlos. Se apodera de nuestras percepciones: en el momento en que algo entra en nuestra conciencia, se juzga en términos de las ansias del ego. De esa manera, comenzamos a perseguir la fama, el dinero y símbolos de estatus que en realidad no necesitamos. Vemos nuestras vidas a través de la óptica distorsionada de ganar y perder prestigio. Otro problema es que nos identificamos con nuestro ego. Ocupa tanto espacio en nuestra mente que no somos capaces de ver nada más. En consecuencia, todo lo que amenace al ego se convierte en una amenaza existencial para nosotros. No podemos abandonar el ego porque eso nos hace sentir que nos morimos. Pero el ego no es más que una serie de hábitos emocionales que crean una imagen de nosotros mismos cuando, en realidad, somos la totalidad de nuestra mente, tanto el consciente como el inconsciente. Somos mucho más grandes y poderosos que nuestro ego. La trampa del ego Muchas filosofías y prácticas espirituales que supuestamente deberían liberarnos del sufrimiento en realidad acaban por alimentar el ego, que nos da palmaditas en la espalda después de cada meditación, cada sesión de yoga, cada servicio religioso, cada manifestación, diciéndonos que debemos sentirnos orgullosos porque somos tan espirituales, tan iluminados, tan santos, tan comprometidos políticamente... Algunas filosofías, como el estoicismo, incluso brindan apoyo intelectual al ego al ofrecernos un modelo falso de nuestra mente en el que hay una parte que debe controlar al resto de la mente. Muchos modelos de la mente se basan en este dualismo. El superego y el id. Racionalidad e instintos. El consciente y el inconsciente. Al ego le gustan estas ideas porque se ve a sí mismo como la parte de la mente que debe ejercer el control. La práctica de la meditación acaba por reforzar el ego cuando lo convierte en la parte de la mente que nos obliga a prestar atención a algo, como la respiración, los chakras o lo que sea. Por eso prefiero formas de meditación que abren la mente a todo lo que sucede, en lugar de intentar concentrarla en algo. También son problemáticos conceptos de la mente que idolatran la consciencia y la convierten en el centro de todo. En realidad, sirven para defender al ego porque éste se disfraza abrogándose el nombre de consciencia. Al contrario: la meditación debería abrirnos al inconsciente, rompiendo las barreras entre el consciente y el inconsciente para dejar que las sensaciones, los sentimientos y las ideas fluyan libremente entre los dos. La trampa del ego dificulta cualquier trabajo interno el seguir un camino espiritual. Cualquier labor de este tipo necesita desafiar al ego y a la visión distorsionada de nuestras vidas que crea. Pero el ego se protegerá, distrayéndonos de ese trabajo con falsas medidas de progreso como cuántas horas de meditación estamos haciendo o cuánto dinero hemos donado a la causa. Seguir a un maestro, gurú, religión o secta nos atrapa en el juego del ego al hacernos dependientes de la aprobación de estas personas, en lugar de darnos libertad interior. Jiddu Krishnamurti nos advirtió sobre eso. El ego herido Los fracasados también tienen ego, pero el suyo, en lugar de acumular éxitos, acumula fracasos. Sufren de baja autoestima a causa de toda una vida de derrotas que los llenan de vergüenza. Eso crea un estado mental de parálisis, incapaz de una genuina felicidad. Esa parálisis también los priva de la creatividad que necesitarían para lograr cualquier éxito en el futuro. No importa si es verdad que han fracasado, porque a veces tenemos un ego tan exigente que nos hace ver un fracaso donde no lo hay. No te parece suficiente vender un millón de ejemplares de tu novela; lo importante es que no te han dado el Premio Nobel de Literatura. Los fracasados a menudo tratan de adormecer su ego con alcohol, drogas, dándose al juego o algún otro tipo de adicción. La adicción al éxito del ego sienta las bases para eso. Los egos heridos son muy sensibles a la vergüenza. Enseguida se ofenden por cualquier cosa que les parezca una humillación. La mera presencia de personas con éxito les recuerda sus fracasos, lo que se manifiesta como envidia y alegrarse del mal ajeno. La gente tiende a evitar los egos heridos y eso también les hace daño, porque el rechazo es una forma de desprecio. Anhelan elogios, que absorben como esponjas y demandan sin cesar. El dilema del ego Nos enfrentamos a un trágico dilema. O construimos un ego fuerte que nos lleve al éxito en nuestra vida, pero que a la vez nos haga infelices, o nos convertimos en tontos felices que nunca triunfarán por falta de ego. En la antigua Grecia, algunos filósofos vieron este dilema y optaron por lo segundo. Se llamaban a sí mismos los Cínicos: los que viven como perros, ya que vivían como animales, disfrutando del presente y de los placeres sencillos de la vida, evitando las preocupaciones, el dinero, la fama y todo lo que pudiera convertirse en una trampa del ego. Actuaban de forma desvergonzada a propósito. Sin embargo, la mayoría de la gente prefiere tener un ego fuerte que vivir como un perro. El Camino del Guerrero Creo que hay una solución a este dilema. Se llama el “Camino del Guerrero”… Lo que me parece un nombre horrible, porque viene de guerra y “guerrero” suena como algo que le encantaría ser al ego. Sin embargo, consiste en aprender a actuar de forma que no se alimente al ego. Encontré por primera vez el Camino del Guerrero al leer los libros de Carlos Castaneda cuando era joven. Castaneda presentó una tesis doctoral en UCLA sobre antropología en la que relató sus experiencias con don Juan Matus, un hechicero yaqui del norte de México. Lo publicó como el libro Las Enseñanzas de Don Juan, que fue un éxito internacional y fue seguido por una serie de libros sobre el mismo tema. Don Juan le dio a Carlos Castaneda una variedad de psicodélicos como peyote, hongos Psilocybe y Datura. Además del uso de psicodélicos, don Juan le enseñó a Castaneda una filosofía práctica llamada el Camino del Guerrero, que consiste en perder la importancia personal, borrar nuestra historia personal, responsabilizarnos de nuestras acciones y usar la muerte como consejera. Las dos primeras cosas están relacionadas con borrar el ego. Al terminar de leer toda la serie de libros de Castaneda, acabé convencido de que son obras de ficción, que es el consenso entre los expertos. Sin embargo, el Camino del Guerrero me impresionó mucho y se convirtió en parte de mi filosofía personal. Volví a encontrarme con el Camino del Guerrero en un libro muy recomendado por mis compañeros de escalada: The Rock Warrior’s Way de Arlo Ilgner. El libro enseña un entrenamiento mental para escaladores basado en la filosofía de Carlos Castaneda, el Estoicismo y el Budismo Zen, que sirve para mejorar la concentración, el rendimiento y el disfrute. En concreto, analiza cómo el ego merma el rendimiento del escalador al impedirle darse pasos de “forma impecable”: con total concentración y compromiso. Incorporé sus consejos a mi escalada y mejoré un montón. Sobre todo me ayudó a evitar el “miedo fantasma”, una ansiedad paralizante que me invade antes de hacer una vía de escalada complicada. Pero lo mejor fue ver que las enseñanzas de este libro pueden aplicarse, no solo a la escalada, sino a muchos aspectos de mi vida. La concentración impecable en lo que hago, el compromiso con mis decisiones, el aceptar responsabilidad por mis actos, el perder la importancia personal y el tener a la muerte como consejera ayudan a desarrollar una forma de vida que deja a un lado al ego para actuar con la totalidad de uno mismo. Mushotoku: concentrarse en los actos en vez de las alabanzas Volviendo al Zen, el Camino del Guerrero me recuerda la enseñanza de mushotoku: “Mushotoku es la actitud del no ganancia, de no querer obtener nada para uno mismo.” Taisen Deshimaru. Taisen Deshimaru fue maestro de Dokusho, quien viajó de Sevilla a París para estudiar con él. El mushotoku soslaya el ansia inherente al ego al enseñarnos a concentrarnos en los actos y no en sus objetivos, sobre todo los elogios que nos damos a nosotros mismos. Los actos realizados con mushotoku no deben producirnos ninguna ganancia. Hacer cosas con mushotoku requiere mente plena (“mindfulness”) y meta-atención: el prestar atención a cómo prestamos atención. Es complicado. Una parte de la mente intenta controlar a otras partes de la mente, lo que es difícil sin causar divisiones y conflicto interno. Es fácil caer en la autocrítica, lo que nos lleva de vuelta al juego de elogios y vergüenza del ego. Compasión por uno mismo No hay que confundir la compasión por uno mismo (“self-compassion” en inglés) con la autocompasión o lástima por uno mismo (“self-pity” en inglés). La autocompasión surge del ego herido, que piensa que no recibe el tratamiento que se merece. Se basa en la importancia personal y en no asumir responsabilidad por nuestras acciones. Es exigir de los demás los cuidados que no estamos dispuestos a darnos a nosotros mismos. La compasión por uno mismo, en cambio, es tomar la decisión de cuidarnos, siendo conscientes de nuestras necesidades y limitaciones. El ego a menudo pone en peligro nuestro bienestar en su incesante búsqueda de éxito y alabanzas. La trampa del ego en la que caemos cuando perseguimos grandiosos objetivos profesionales, espirituales o políticos convierte la abnegación en virtud, lo que nos lleva a una vida desprovista de diversión, alegría y descanso. La compasión por uno mismo requiere un tipo especial de atención plena que nos permita escuchar lo que nos dice nuestro cuerpos y nuestro inconsciente sobre lo que necesitamos. Nos hace saber que somos frágiles y mortales, que la energía y la salud no se pueden dar por supuestas, que nuestro tiempo en este mundo es limitado y debe usarse sabiamente. La compasión por uno mismo pone límites al ego, defendiéndonos ante él. Se ríe de nuestros fracasos con buen humor y utiliza nuestra curiosidad natural para aprender de ellos. En lugar de los espejismos de grandeza del ego y el derrotismo del ego herido, la compasión por uno mismo se basa en la realidad de nuestras limitaciones y los caprichos del acontecer. La compasión por uno mismo evoluciona naturalmente hacia la compasión por los demás al darnos cuenta de que todos somos igualmente frágiles, limitados y sujetos a la aleatoriedad de la vida. La mala suerte nos golpea a todos, y es cruel hacer que la gente pague por ella. Es importante destacar que cuando nos acostumbramos a luchar con nuestro ego, vemos cómo todos los que nos rodean son también esclavos de sus egos. Cuando nos atacan y se enfadan, están defendiendo sus egos de la misma manera que lo hacemos nosotros. Conclusion Puede que sea imposible vivir completamente sin ego. Pero podríamos reducirlo a un tamaño manejable, para que no llene tanto nuestra consciencia y nuble nuestra mente. Nos podríamos volver más conscientes de cómo nos hace daño, para así empezar para disminuir nuestro sufrimiento. Gradualmente, podemos empezar a liberar más espacio en nuestra mente para que lo llenen la alegría, la curiosidad, el retozo y la maravilla. Reflexiones Sobre el Ego se publicó por primera vez en el blog Sexo, Ciencia y Espíritu.
- ¿Qué tiene de malo el amor romántico?
Los mitos que envenenan al amor romántico: exclusividad, posesión, celos, amor eterno, leer la mente y otros Encontrar el amor de tu vida, y mantenerlo vivo, es el objetivo más frecuente y valorado en la cultura moderna. Está a la altura del dinero, la salud y la fama a la hora de juzgar nuestro éxito en la vida. Pero el amor debería ser más fácil de conseguir que la riqueza y la fama, algo que todos deberían alcanzar, ¿no? Por supuesto, hablo de amor romántico. Hay otros tipos de amor: a los hijos, a los padres, a los amigos. También hay formas de amor más abstractas, como el amor a Dios, a nuestro país y a los ideales. Sin embargo, en el amor romántico tiene algo especial que nos obsesiona, mientras que las otras formas de amor se dan por sentadas, o incluso se nos antojan un deber. Hay estudios científicos que enfatizan la importancia del amor romántico al mostrar que los casados tienden a tener mejor salud y longevidad, mientras que la soledad disminuye la salud, especialmente a medida que envejecemos. Aunque esto sea cierto, también es verdad que idealizar el amor aumenta nuestro anhelo por él, nuestra desesperación si no lo encontramos, y nuestro dolor si lo perdemos a causa del abandono o la muerte. Eso tampoco es saludable. El amor romántico comienza con la atracción sexual, crece con el enamoramiento y el cortejo, y termina en el matrimonio - lo que se ha llamado la "escalera mecánica de las relaciones". Dado que el amor romántico sirve de base para el matrimonio, que es la forma de economía personal fomentada las convenciones sociales y las leyes fiscales, existe una fuerte presión cultural para conseguirlo. Por consiguiente, no tener una relación se considera un fracaso, especialmente en las mujeres. Además, como los niños son el futuro de la sociedad y son concebidos y criados dentro del matrimonio, el amor romántico es imprescindible para la supervivencia de nuestra sociedad. La sociedad responde creando gran cantidad de contenido que idealiza el amor romántico, en forma de música, novelas, películas, publicidad y series de televisión. El amor está en todas partes y muchos de nuestros hábitos de consumo giran en torno a él. En realidad, las creencias que tenemos sobre el amor romántico producen una gran cantidad de sufrimiento. La mitad de los matrimonios terminan en divorcio, y muchas relaciones terminan incluso antes de llegar a la boda. Cuando sales con alguien, que te rompan el corazón representa un peligro mayor que cualquier enfermedad de transmisión sexual. Hoy en día se da una crítica creciente, no tanto al amor romántico en sí, sino a muchos de sus mitos, porque producen en nosotros y nuestros amantes expectativas irreales y exigencias onerosas. Formas alternativas de relaciones, como el poliamor y otras variantes de no-monogamia ética, están desdibujando los límites entre el amor romántico y la amistad, y cuestionando muchos de sus supuestos. He enumerado aquí doce de los mitos del amor romántico, tratando de explicar el daño que nos hacen. 1. Contigo no me hace falta nadie más Muchas personas, cuando se enamoran, se vuelcan completamente en la vida de pareja y relegan a sus amistades a un segundo plano. Esto empeora cuando se casan o se van a vivir juntos, ya que la pareja brinda una compañía fácil mientras que las amistades requieren esfuerzo. Esto responde a una de las creencias más básicas del amor romántico: que existe una persona que nos complementa perfectamente. Dado que somos personas muy complejas, con una gran variedad de necesidades, encontrar a alguien que las satisfaga todas es prácticamente imposible. Entrar en una pareja con este tipo de expectativas conduce a la frustración y a exigirle a la otra persona que cambie para ajustarse a nuestros deseos. Además, exigir que nuestro amante cambie para adaptarse a nuestras necesidades tensa la relación. Una actitud más sana es la de valorar nuestras amistades, comprendiendo que cada persona aporta algo distinto a nuestra vida. En el poliamor se va aún más lejos. Propone que al amar a varias personas viviremos una vida más plena, sin tener que exigirle a nadie que se ajuste a nuestros deseos. 2. El flechazo El mito del flechazo o amor a primera vista se basa en esta idea de que existe una persona que nos complementa perfectamente, más la creencia de que existe una forma mágica de reconocer instantáneamente a esa persona.. Esa complementariedad produciría una atracción tan tremenda que cuando las dos personas se encuentran el amor surge de forma instantánea. La realidad es que, si bien hay muchos enamoramientos instantáneos, se basan más bien en una atracción sexual o incluso en una fuerte conexión emocional, cosas que pueden evaporarse fácilmente a medida que nos vamos conociendo. Llevarnos a esa atracción sexual a la cama podría ser una buena primera prueba de su poder. Salir juntos una temporada con actitud atenta, curiosidad y bajas expectativas puede llevarnos a hacernos una idea sobre si formaríamos buena pareja. El amor maduro se basa en el descubrimiento paulatino de la otra persona y nuestra afinidad por ella. 3. Te querré siempre En muchos países occidentales la tasa de divorcio supera ya el 50%. Por lo tanto, está claro que los amores que duran toda la vida son la excepción y no la regla. Y eso sin contar a las separaciones antes del matrimonio y a las parejas infelices que no se atreven a romper. Creer en el amor eterno es absurdo. Mejor empezar una relación contando con que no va a durar para siempre y así la ruptura será menos dolorosa. Así, cuando llegue la ruptura, será menos dolorosa. Estar mentalmente preparado para el declive del amor también nos ayuda a desarrollar la resolución de no herir a nuestro amante cuando suceda. No debe haber culpa ni vergüenza. Las rupturas son parte de la vida. Puede haber relaciones que sí duren “hasta que la muerte nos separe”, pero quizás sea por suerte, por trabajar para mantener la relación o por plantearse las cosas de forma realista desde el principio. 4. Eres mía/mío El amor romántico es posesivo. Se ve a la otra persona como algo que nos pertenece, como una extensión de nosotros mismos. Entonces el formar pareja se vuelve una adquisición, una compra en la que yo intercambio mis deberes hacia ti por tus obligaciones hacia mí. Esta transacción conlleva una pérdida de libertad que convierte al matrimonio en una cárcel. Se insiste así en la “fidelidad”, es decir, en el cumplimiento de un contrato matrimonial cuya primera cláusula es la exclusividad sexual. Es mucho más sano el ver a la otra persona como alguien que se pertenece a sí misma. Las relaciones deben basarse en las experiencias compartidas, en la empatía y en el cuidado mutuo. 5. Los celos son señal de amor La consecuencia lógica de la pareja posesiva son los celos, que además nuestra cultura monógama se ha encargado de convertir en virtud y en barómetro de la intensidad del amor. Los “crímenes pasionales” se romantizan, se comprenden y se perdonan. El resultado son un montón de mujeres maltratadas y asesinadas por hombres que basan su autoestima en su capacidad de convertirlas en sus prisioneras. Sin olvidar a los muchos hombres atrapados por el chantaje emocional, la culpabilización y otras formas de abuso psicológico. La glorificación de los celos hace daño y puede llegar a matar. 6. El amor todo lo perdona Otro mito peligroso que sirve para perpetuar las situaciones de violencia doméstica es el ideal de la mujer de la persona abnegada capaz de perdonarlo todo en nombre del amor. El perdón puede resultar liberador, es cierto, pero siempre que la situación a perdonar haya terminado y el maltratador haya hecho las reparaciones pertinentes. Es mejor perdonar desde una situación de libertad y de una cierta distancia física y emocional. De otra forma, el perdón no es más que una excusa para perpetuar el maltrato. 7. El amor te hará cambiar Otro mito más es considerar el amor como una fuerza mágica capaz de hacer cambiar milagrosamente a una persona. Uno de los tropos más comunes en las novelas románticas es el de la mujer pura e inocente que es capaz de curar a un guerrero herido. ¿Os suena familiar? Éste es el tropo que explotan 50 Sombras de Grey y otras muchas novelas románticas. La realidad es muy distinta. A menudo uno de los miembros de la pareja pugna por hacer cambiar al otro, con el resultado de que la relación degenera en una lucha de poder. Por supuesto, las transformaciones personales son posibles, pero deben de partir del interior de cada persona y no ser impuestas desde afuera, aunque sea en nombre del amor. También encontramos este mito en las personas que nos dicen con aire paternalista “cuando encuentres la mujer (o el hombre) de tu vida, dejarás de ser homosexual, bisexual, feminista, poliamoroso, etc.” 8. El sexo es mejor cuando es con alguien a quien amas Y su reverso: “el sexo sin amor está vacío”. Si bien es cierto que el amor puede aportar empatía y complicidad al sexo, también lo es que el deseo y el amor a menudo van por rumbos distintos. Para muchas personas, el simple hecho de acostarse con alguien distinto aumenta la excitación sexual, mientras que el hacer el amor con la misma persona año tras año llega a aburrir y a quitarle todo el atractivo al sexo. Las experiencias sexuales de una sola noche pueden ser maravillosas aventuras en las que descubrimos el cuerpo y la mente de una persona desconocida, al tiempo que el saber que nunca la volveremos a ver nos confiere una extraña libertad. Los que practicamos la pareja abierta sabemos por experiencia que cuando nuestra pareja hace el amor con otro, vuelve con más ganas y más energía a nuestra cama. Algunas personas experimentan el sexo sin amor como vacío e insatisfactorio. Hay personas que son monógamas por naturaleza, posiblemente por tener una mayor expresión de los receptores de oxitocina y vasopresina en sus cerebros. Sin embargo, también es posible que este sentimiento de vacío se deba a culpa y vergüenza sexual no procesada. En cuanto a lo que el sexo sin amor se experimenta como vacío, esto puede deberse a complejos de culpa de los que no nos hemos sabido librar. 9. El amor verdadero te llena completamente Y su reverso: “una vida sin amor es una vida vacía”. El amor es sólo una faceta de la vida. Querer que otra persona llene completamente nuestra vida crea unas expectativas desmesuradas que conducen a la frustración. Y a culpar a nuestra pareja cuando nos sentimos defraudados. Muchas personas sacrifican su carrera, sus amigos o su aficiones por amor y luego viven lamentándolo. Por otra parte, hay personas que nunca encuentran al amor ideal y aun así viven una vida llena de satisfacciones. Esta idea también hace sufrir a aquellas personas que, por distintas razones, no son capaces de encontrar el amor de su vida. Este mito las hace creer que nunca podrán ser felices. O las hace sentirse avergonzadas por su situación - el cliché de la solterona. Necesitamos combatir estos mitos con evidencia de que es posible vivir una vida feliz estando soltero. Sí, todos tenemos necesidades de sexo y compañía, pero se pueden satisfacer teniendo sexo casual y desarrollando amistades sólidas. 10. Quiero un hombre que me trate como una reina El amor no consiste en que alguien se ponga a tu servicio y te lo solucione todo. Los hombres tienen tendencia a ser independientes financialmente, pero pueden desarrollar dependencia emocional y delegar en las mujeres las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Eso no es amor sino explotación. Las mujeres, por su lado, pueden desear un hombre que las mantenga y las libere de trabajar. Sin embargo, un principio fundamental del feminismo es que las mujeres deben ser autónomas e independientes. Esperar que venga un príncipe azul a solucionarnos la vida es una idea machista. 11. Si me amaras de verdad sabrías lo que quiero Al amor romántico se le atribuyen cualidades mágicas, entre ellas la de leer el pensamiento. La idea es que nuestra conexión es tan fuerte que deberías saber de inmediato lo que quiero. Si no puedes es porque no me haces caso. Lo que significa que no me quieres. Una forma más leve de esta enfermedad es la comunicación pasiva: depender de indirectas, sarcasmos, expresiones faciales, silencios o agresión pasiva para transmitir un mensaje. En su lugar, debemos utilizar la comunicación activa: expresar nuestros pensamientos, sentimientos y deseos de la forma más clara e inequívoca posible. El mito de leer el pensamiento sirve de disculpa para no trabajar adecuadamente la comunicación, lo que es esencial para el éxito de la relación. Nadie, por mucho que te quiera, es capaz de saber lo que piensas y lo que sientes, especialmente en mitad de una pelea, cuando la ira nos nubla el pensamiento. Aunque en algunas relaciones las personas llegan a tener una empatía especial y una gran capacidad para saber cómo se siente la otra persona, esto suele ser el resultado de una labor constante de comunicación y de largas conversaciones íntimas. 12. Lo único que necesitas es amor Lo siento por los Beatles, que compusieron All You Need Is Love. La canción es preciosa, pero tiene una letra estúpida. Durante los años 60 se quiso convertir al amor en la clave para solucionar todos los problemas, desde el racismo hasta la guerra. Y claro, no funcionó. La vida es algo demasiado complejo para intentar solucionarla a base de una emoción, aunque sea tan bonita e importante como el amor. Para resolver los problemas de nuestra sociedad, hacen falta otras cosas, como educación, inteligencia, honestidad, sabiduría y trabajar duro. Lo mismo pasa en nuestras relaciones.