En BDSM, el mind-fucking son juegos mentales que producen derrota y rendición en la sumisa.

Una lista de responsabilidades del dominante y la sumisa que se derivan de las reglas ‘seguro, sensato y consensuado’ del BDSM.

Después de darle un spanking a Cecilia para volverla sumisa, Laura acaba de dominarla obligándola a hacerle el amor.

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La Guerra del Sexo es una lucha de medio siglo sobre la pornografía, el sadomasoquismo y el trabajo sexual que aún persiste.

Una joven meiga azota a Cecilia y la folla con un dildo peculiar, mientras que priva a Lorenzo de su virilidad y lo obliga a mirar.

Lorenzo y Cecilia van a una aldea abandonada de Galicia en busca de una joven meiga que cultiva hongos alucinógenos.

El spanking es un arte erótico que usa las posturas, los tipos de azotes, su cadencia y los rituales para el placer.

El dolor masoquista activa áreas cerebrales que median la empatía, la emoción y la consciencia, pero no la adicción.

La testosterona mantiene la salud de los hombres al envejecer y su producción se estimula con el sexo.

El ego se crea cuando la vergüenza y el orgullo se apoderan de nuestra consciencia y la llenan de ansias.

En el BDSM, el espacio de sumisión es un estado alterado de conciencia mediado por la adrenalina y las endorfinas.

El adulterio puede disculparse cuando la monogamia obligatoria conduce a la privación sexual.

El amor romántico tiene mitos tóxicos promovidos por la monogamia y que dañan a la pareja.

Escena erótica en la que un jefe y su secretaria negocian el castigo que ella se merece, que será un spanking sobre el regazo del jefe.

Escena erótica en la que el jefe, doble amputado, folla con su secretaria para recuperar la masculinidad que creía haber perdido.

Un monje budista camuflado de barman, le habla a Cecilia sobre el amor, el sufrimiento, el desapego, el rencor, la tristeza y la libertad.

Más del 90% de las prostitutas lo son voluntariamente y no forman parte de la trata de personas.

Invitada por Laura a tomar el té, Cecilia va siendo sometida a pesar de su resistencia.

Pasaje de mi novela Amores imposibles Julio y Sabrina atravesaron la Alameda de Santiago y siguieron por la Herradura. El suelo estaba...